Suiza guarda silencio ante sanciones de la UE contra el analista militar Jacques Baud

La sanción impuesta por la Unión Europea a Jacques Baud, analista militar suizo de reconocimiento internacional, reavivó el debate sobre la libertad de expresión, el uso de sanciones políticas contra periodistas y analistas, y la actitud de las autoridades suizas frente a Bruselas.

La Unión Europea volvió a quedar en el centro de la polémica tras sancionar a Jacques Baud, ciudadano suizo y uno de los analistas militares más respetados a nivel internacional. La medida se suma a las sanciones aplicadas en mayo de este año contra los periodistas alemanes Alina Lipp y Thomas Röper, un precedente que ya había generado críticas por la ausencia de procesos judiciales y el uso de castigos administrativos para silenciar voces disidentes.

Según el análisis publicado por ZeroHedge, la sanción contra Baud no se basa en delitos comprobados ni en resoluciones judiciales, sino en sus evaluaciones técnicas sobre el conflicto en Ucrania, que se apartan del relato oficial de la UE y la OTAN. Baud es conocido por un enfoque estrictamente militar y estratégico, alejado —según sus defensores— de posicionamientos ideológicos prorrusos o antiucranianos, lo que le ha valido reconocimiento tanto en Europa como en Estados Unidos.

El caso despertó reacciones tardías en la prensa suiza. El semanario Die Weltwoche publicó en los últimos días varios artículos denunciando la falta de debido proceso y el impacto personal de las sanciones sobre Baud, de 70 años. Sin embargo, el medio fue criticado por no haber reaccionado con la misma firmeza cuando, meses atrás, fueron sancionados los periodistas alemanes, lo que algunos interpretan como una respuesta motivada más por conveniencia que por principios.

Mientras tanto, el gobierno suizo mantiene silencio. De acuerdo con Die Weltwoche, en Berna “prefieren no tener nada que ver y pasan la pelota como si fuera una patata caliente”, una actitud que vuelve a poner en cuestión la tradicional defensa suiza de la neutralidad y de las libertades civiles frente a presiones externas.

El trasfondo del conflicto es más amplio. La sanción a Baud se produce en un contexto de endurecimiento de la política europea hacia voces críticas de la guerra en Ucrania y en medio de debates sensibles, como la eventual confiscación de activos rusos congelados. Analistas citados por ZeroHedge sostienen que estas decisiones responden no solo a la guerra, sino también a tensiones financieras y políticas internas dentro de la UE.

En paralelo, Suiza negocia un nuevo paquete de acuerdos con la Unión Europea que incluiría mecanismos de adopción dinámica de legislación comunitaria. Para los críticos, el caso Baud podría convertirse en una prueba de fuego sobre hasta qué punto el país está dispuesto a alinearse con Bruselas, incluso cuando se cuestionan principios básicos como la libertad de expresión y el derecho a un juicio justo.