Se comprometió a reducir emisiones un 7-10% para 2035, pero expertos advierten que necesita un recorte mayor.
China se posicionó como el mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo, pero también lidera la instalación de fuentes de energía renovable y la adopción de vehículos eléctricos. Según las últimas cifras de la ONU, se estima que en 2024, el país emitió más del 30% de los gases de efecto invernadero globales, equivalentes a 15.6 gigatoneladas de dióxido de carbono.
A pesar de que las emisiones históricas y per cápita de China aún se encuentran por debajo de las de Estados Unidos, la brecha se está cerrando rápidamente. En 2024, el carbón, una de las principales fuentes de contaminación, representó casi el 60% de la generación de energía en el país. Sin embargo, la instalación masiva de energías renovables está ayudando a satisfacer la creciente demanda eléctrica.
En el ámbito de los vehículos eléctricos, China se destaca como líder mundial, produciendo más del 70% de los vehículos eléctricos a nivel global. Casi la mitad de los nuevos automóviles vendidos en China en 2024 fueron eléctricos o híbridos enchufables, según la Agencia Internacional de Energía.
En septiembre, China anunció sus primeros objetivos numéricos de reducción de gases de efecto invernadero, comprometiéndose a reducir las emisiones entre un 7% y un 10% para 2035. Sin embargo, no se estableció un año base para medir estas reducciones, y los expertos advierten que el país necesita recortar las emisiones en cerca del 30% respecto a los niveles de 2023 para evitar que la temperatura global aumente más de 1.5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales.
A pesar de esto, existe la esperanza de que China logre «prometer menos pero cumplir más», como ha hecho en ocasiones anteriores con otros objetivos, incluidos los relacionados con las energías renovables. Beijing se había comprometido previamente a alcanzar un pico en las emisiones para 2030 y a lograr la neutralidad de carbono tres décadas después.
Algunos analistas creen que las emisiones de China ya han alcanzado su punto máximo o están cerca de hacerlo, gracias al aumento en el uso de energías renovables y energía nuclear. Esta semana, la hoja de ruta climática oficial de China confirmó los anuncios de objetivos realizados por el presidente Xi Jinping en septiembre, lo que fue bien recibido por el jefe climático de la ONU, Simon Stiell, como un «momento significativo en nuestro esfuerzo climático colectivo».
El plan incluye nuevos objetivos para las energías renovables, como aumentar la capacidad de energía solar y eólica seis veces respecto a los niveles de 2020, alcanzando 3,600 gigavatios (GW) para 2035. China informó que actualmente cuenta con 1,482 GW de capacidad eólica y solar. Para alcanzar el nuevo objetivo de Beijing, se requeriría instalar alrededor de 200 GW de capacidad eólica y solar al año, una cifra considerablemente menor a la que China añadió en 2024. Aunque el crecimiento de la energía renovable podría desacelerarse, los analistas consideran que China es probable que alcance y posiblemente supere su objetivo de 2035 antes de lo previsto.
En cuanto a los combustibles fósiles, China busca aumentar la proporción de combustibles no fósiles en su consumo total de energía a más del 30% para 2035. Este compromiso también se considera alcanzable y poco ambicioso, dado que las proyecciones recientes ya sugieren que esa cifra alcanzará el 36% en una década. El presidente chino también prometió asegurar que los «vehículos de nueva energía», que incluyen los eléctricos, se conviertan en la «corriente principal» en las nuevas ventas, lo cual ya es un hecho, dado que los vehículos eléctricos representan más del 40% de las nuevas compras.
Las nuevas promesas de China incluyen la expansión de su sistema de comercio de emisiones de carbono para cubrir todos los sectores de alta emisión. Este esquema ya está en proceso de expansión desde el sector energético para incluir industrias pesadas como el cemento, el acero y el aluminio, y los funcionarios han indicado planes para aplicarlo a aún más sectores. La promesa de Beijing para 2035 también incluye un objetivo de cobertura forestal de 24 mil millones de metros cúbicos, un aumento respecto a los 20 mil millones actuales, según cifras oficiales.