En diálogo con Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190), Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), cuestionó el proyecto del Gobierno para una reforma laboral y advirtió sobre sus posibles efectos negativos. Si bien reconoció que el sector necesita nuevas leyes de trabajo, sostuvo que la medida debe apuntar a mejorar la productividad y la competitividad. Sin embargo, advirtió que “si la industria sigue cayendo”, la reforma podría finalmente “generar desempleo”.
Daniel Rosato es dirigente industrial. Se desempeña como presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), representando los intereses del sector de las pequeñas y medianas industrias del país. También es CEO de la empresa Papelera Rosato y Rosato Sociedad Anónima, además de presidente del Parque Industrial Plátanos, ubicado en Berazategui.
En la apertura de hoy planteamos la idea de que hay una “puertorriquización” de la Argentina. Cada vez se acerca más a una cultura norteamericana, y es posible que el dólar resulta más atractivo que el peso en un eventual referéndum. En particular, como presidente de una organización de PyMEs, ¿le parecería acertada una medida en la cual Argentina dolarizara su economía y sustituyera el peso por el dólar?
Nuestra experiencia nos ha dicho que eso nunca ha sido posible. Argentina en cierta forma está dolarizada. Nosotros, la industria, tenemos nuestros costos dolarizados. Tenemos la energía y los costos de los insumos en dólares. Todo lo que importamos es en dólares. Entonces, prácticamente es lo que de alguna manera nos está llevando a una situación en el país, y a la industria en general, a atravesar esta recesión debido a los altos costos en dólares.
Entonces, a nivel internacional, Argentina hoy es muy cara. No hay manera. Nosotros no vemos, desgraciadamente, a corto plazo, cómo se puede revertir esta situación, porque hay una decisión política por parte del Gobierno nacional de que la economía esté dolarizada. Eso genera una gran preocupación, porque hace que hoy Argentina no sea competitiva y que la industria no sea competitiva.
Dice que ya estamos dolarizados, y eso nos hace malos competidores, porque nuestros costos internos son mayores que los norteamericanos, y nuestra productividad es menor que la de Estados Unidos. Esto lo decía Silvio Berlusconi en la época del euro: él decía que el problema en Italia era que se había eliminado la lira, porque todos los años podían devaluar 15% y con el euro dejaron de poder devaluar. Entonces, deduzco de su respuesta que le parece que dolarizar definitivamente sería peor todavía.
Sí, sería peor, porque la Argentina tiene que ordenarse, la economía tiene que ordenarse, y creemos que los costos impositivos que tenemos son muy diferentes a los que tienen las industrias en el exterior, incluso en Estados Unidos. Nosotros tenemos un costo, por ejemplo, de la energía muy por encima del costo que tiene Estados Unidos. El costo de electricidad más gas es uno de los ejes que hace a la inflación y al costo de la producción.
Hoy estamos atravesando esa situación donde no hay manera de bajar los costos, y por más que busquemos los medios, como por ejemplo la modernización de la ley laboral, para tratar de generar empleo y pensar que la competitividad pasa por esta reforma, no es solo eso.
¿Usted cree que si hubieran hecho una especie de votación entre los empresarios PyMEs que usted representa, ganaban los candidatos de Milei el domingo pasado, o no?
Posiblemente sí. Esa es la discusión.
Es la paradoja, porque los empeora económicamente, pero lo votan.
Sí, porque creo que se han vivido momentos difíciles que han generado desconfianza. Indudablemente hay una cosa que hay que tener en cuenta, que es que en los últimos siete años, Argentina perdió 30.000 empresas. Entonces, es ahí donde hay que hacer el análisis de qué es lo que está pasando.
Esto no es de ahora, viene de hace varios años atrás. La política ha hecho malas cosas. Y creo que se mira puntualmente algo que no pasa por ahí, como la reforma laboral, que es es muy importante y la necesitamos. Desde el sector industrial se viene pidiendo, y en algunos casos se ha consensuado. Nosotros desde IPA hemos presentado un proyecto de ley laboral alternativo, que no era tan duro para el trabajador como en este caso se plantea. Era algo más equitativo, en el sentido de que el trabajador también tenía un beneficio.
Tanto el trabajador como el empleador buscan seguridad jurídica, que el empleador pueda tomar un trabajador sin terminar en un juicio laboral injusto que le represente a una PyME no poder hacer inversiones, por tener que pagar sumas millonarias por un juicio injusto, que deriva en la industria del juicio. Creo que el problema básico hoy pasa no solamente por la reforma laboral, sino por buscar paralelamente una solución al problema del empleo y del trabajo, y que seamos competitivos.
Está claro que abrir las importaciones perjudica a las PyMEs y que una reforma laboral las beneficiaría. Si viniese un ser fantástico y le dijera que abre las importaciones y al mismo tiempo produce una reforma laboral, ¿usted firma?
No, firmo porque estoy en desacuerdo. Nuestra postura es que necesitamos una ley que genere un modelo industrial.
Pareciera haber una contradicción porque el Gobierno tiene un modelo que no valoriza la industria.
¿Cuál de los dos sería un mal peor? ¿Usted preferiría seguir como antes, con las importaciones cerradas sin reforma laboral, o si eventualmente hubiera reforma laboral?
Me está haciendo una pregunta muy difícil y comprometedora. Creo que el país ha crecido cuando fuimos competitivos, cuando pudimos producir, cuando el trabajador ha estado en mejores condiciones, tuvo mejor poder adquisitivo, y eso generó mercado interno, generó demanda. Hoy no tenemos demanda, la demanda viene cayendo. Entonces, yo puedo tener una reforma laboral, pero no tengo trabajo. Vamos a seguir perdiendo empresas e industrias. Y creo que ese es un tema que requiere de un análisis más profundo desde la política.
Ustedes comprenden que la reforma laboral nunca la va a hacer alguien que no sea como Milei. Entonces, Milei, abriendo las importaciones, es un mal menor, porque si hace la reforma finalmente va a generarle a las PyMEs mayores oportunidades, y en el futuro podrá venir otro gobierno que corrija el tema de las importaciones. Milei es un instrumento para producir un cambio que no produciría nadie. ¿Lo estoy interpretando bien?
Sí, está bien lo que usted plantea. Lo que ocurre es que, desde mi lugar como industrial PyME, con una empresa de 80 años que viene de mi padre, me cuesta mucho poder aceptar. Tenemos que discutir y pelear, en el buen sentido de la palabra, para que esto se transforme. Hoy en día el Gobierno pierde recaudación. No entran divisas al país por falta de exportaciones de la industria manufacturera, que viene cayendo permanentemente. Cada vez la brecha entre exportaciones e importaciones es más chica. Aumentaron 30,5% las importaciones y 7,6% las exportaciones. Todo eso está marcando una realidad.
¿Por qué tenemos que pensar así? ¿Por qué no pensar como un país más grande, con un gran futuro, porque contamos con todas las riquezas? Hay que la manera de hacer viable la producción en la Argentina, que las PyMEs puedan crecer, desarrollarse y generar trabajo genuino. ¿Por qué esperar, a lo mejor, cuatro años más, cuando van a desaparecer 20.000 empresas más? Por ese lado, lo veo injusto. No creo que sea justo ese planteo. Creo que está bien lo que usted dice de esperar, ¿pero se puede esperar?
Yo fabrico papel. En la época de Carlos Menem también hubo un proceso de falta de competitividad por la apertura de importaciones, pero en ese momento no teníamos energía. Hoy tenemos algo que debería ser la base de un modelo de desarrollo industrial, que es la energía. Si antes las empresas no venían a la Argentina porque no había energía para producir, y hoy tenemos la energía para poder producir. Pueden venir las inversiones, el sector de la agroindustria puede fomentarse y desarrollarse porque contamos con energía. Entonces, me parece que debería haber otro razonamiento. Con todo respeto a mis colegas, digo que es importante la reforma laboral, pero también es importante avanzar con un proyecto industrial que permita el desarrollo y la generación de empleo.
Aceptemos que la reforma laboral es una prioridad y que sigan las importaciones. Pero si la industria sigue cayendo… Yo tengo 180 empleados. Estoy debajo del punto de equilibrio por los costos que tenemos. Imagínese que de un mes a otro CAMESA nos aumentó 200% la energía en el sector electrointensivo. ¿Cuál es la herramienta que tengo para despedir gente a bajo costo? Va a ser la reforma laboral. Entonces, en vez de transformarse en una manera para generar empleo, esa reforma laboral se va a transformar en una manera para generar desempleo. Lógicamente, va a ser una salida para todos, pero no es conveniente pensar de esa manera.