La reciente baja del 4% en los combustibles anunciada por YPF, vigente desde este jueves 1 de mayo de 2025, no traerá alivio a los bolsillos jujeños. Así lo aseguró Luis Alonso, presidente de la Unión de Empresarios de Jujuy, quien explicó que la medida, aunque positiva, no logrará reducir los precios de los productos en la provincia debido a factores como la lejanía geográfica y el impacto de otras variables macroeconómicas.
“En Jujuy, los aumentos de combustibles impactan rápido en los costos porque estamos lejos de los centros de distribución. Pero cuando hay una baja, como esta del 4%, no se traslada de forma directa ni con la misma intensidad a los precios”, señaló Alonso. El empresario destacó que la distancia de la “zona núcleo” del país encarece la logística, un peso que las pymes locales no pueden esquivar.
A este panorama se suma la presión de nuevas subas en tarifas de luz y gas, previstas para mayo con incrementos de entre 2,5% y 3%, según estimaciones nacionales. “Estas alzas vuelven a complicar nuestros costos. Aunque el combustible baje un poco, los precios no van a retroceder; en el mejor de los casos, se estabilizarán”, afirmó Alonso, reflejando la preocupación de un sector que lucha por mantenerse competitivo.
El titular de la Unión de Empresarios también desmarcó a las pymes de la responsabilidad en la formación de precios. “Los grandes monopolios y empresas nacionales son los que fijan las reglas. Nosotros, en el medio, ajustamos márgenes para sobrevivir sin especular”, aseguró. En este sentido, destacó un cambio positivo: la mayor previsibilidad económica de 2025, comparada con los picos inflacionarios de 2024, permite que la ley de oferta y demanda comience a regular el mercado. “Las empresas que inflan precios están perdiendo clientes y deben corregir. Eso beneficia al consumidor”, agregó.
Pese a este escenario, Alonso reconoció la resiliencia del sector pyme jujeño: “Nos cambian las reglas a diario, pero seguimos apostando por sostener empleos y emprendimientos, aunque sabemos que trasladar todo al precio tiene un límite”. La baja en combustibles, aunque bienvenida, no alcanza para cambiar la ecuación en una provincia donde los costos estructurales siguen siendo el principal desafío.