Junto al parque solar Cauchari, la Zona Franca minorista era (oportuno hablar en tiempo pasado) el emprendimiento más ambicioso y del que más rédito esperaban los jujeños. La oportunidad de adquirir costosos artículos tecnológicos, electrodomésticos, rodados y otros productos habitualmente gravados por impuestos nacionales, a un costo asequible para la economía doméstica sonaba cuando menos atractivo.
Existen 11 puntos geográficos dispersos en territorio nacional que gozan de estas características impositivas según el régimen de áreas francas nacional bajo control de alguna Aduana, aunque solo en Puerto Iguazú, ubicada en la triple frontera con Brasil y Paraguay se dedica al comercio minorista como se planteó en La Quiaca. La planificación del predio fue tan poco transparente que los comuneros de la Quiaca Vieja se movilizaron en contra desde el momento que se sintieron estafados y sus propiedades eran amenazadas con la expropiación. Errores de comunicación no faltaron, la cantidad de hectáreas afectadas incluso no estaba clara para los funcionarios, un número que pasó de las 1.200 originales a las 100 ha. que terminaron por expropiarse de manos privadas. Hecho que finalmente ocurrió, no sin que el gobierno recule y disminuya sus pretensiones territoriales.
«Llegamos a este punto con la expropiación de un terreno que figuraba en la Dirección de Inmueble como de propiedad privada… con autorización del juez para intervenir en el terreno, tomando la precaución de corrernos para no afectar el territorio comunitario», minimizó Gerardo Morales en la inauguración de obra en julio de 2022, omitiendo el calvario innecesario que hicieron vivir a los pobladores durante meses debido a la obsesión por posesionar el lugar, práctica que luego sería replicada en Caspalá y Tilcara. «Explicaron que con el padrón vieron esto, era algo que no se planificó ni se tuvo en cuenta, pero ahora empezamos a negociar y la cantidad de tierra que necesitan es mucho menor», explicó el presidente de la comunidad aborigen afectada, Carlos Gímenez, en febrero de 2023, cuando la tensión entre ambas partes disminuyó.
Como ocurrió con su gemela mayorista industrial de Perico, entre el ministro de Desarrollo Productivo, Juan Carlos Abud Robles y el ex gobernador Morales, las fechas tentativas para el inicio de operaciones comerciales divulgadas fueron muchas, pero todos los plazos terminaron por vencerse. Con la salvedad que la ZF de los Valles fue finalmente aprobada por Afip y posteriormente inaugurada el 30/11/2023 en uno de los últimos actos de gobierno antes de que Carlos Sadir asumiera.
A mediados de octubre 2019 el actual diputado provincial Abud Robles, por ese entonces ministro de Desarrollo Económico y Productivo anunciaba el inicio de obras “en un par de semanas” con finalización en 10 meses, es decir aproximadamente en agosto de 2020.
Días después era Gerardo Morales quien aseveraba que “el 1 de noviembre inician las obras en Perico y el 15 de noviembre en la Quiaca… Le pedí al equipo que me gustaría inaugurar la zona franca de La Quiaca en diciembre”. Y redoblaba la apuesta al reconocer el interés de los expendedores de combustible en instalarse en las cercanías y la incorporación de vehículos para la venta al por menor.
Noviembre de ese mismo año llegó con la firma de un nuevo acuerdo, esta vez suscripto entre dos empresas estatales como CANNAVA SE y JEMSE para la construcción de un laboratorio de producción de aceite de cannabis.
Recién el 20 de julio de 2020 el gobernador volvería a realizar anuncios significativos sobre las Zonas Francas durante la presentación del “Plan Económico Post-Pandemia” en una de las habituales conferencias que se transmitieron por TV abierta y streaming. Para Morales fue inevitable reconocer los retrasos, pero escogió escudarse detrás del impacto generado por el Coronavirus. No obstante, la desmesurada cantidad de gráficos elaborados con mera especulación y/o futurología solo terminaron por confundir al televidente.
Aunque se advierte desde la Ruta Nacional 66 que todavía no hay una fábrica de baterías de litio perteneciente a capitales chinos funcionando, por lo menos las obras de infraestructura son palpables. Pero a más de 300 kilómetros hacia el norte, ni siquiera fue nivelado o desmalezado el terreno para tentar a los inversores locales. Un desierto se extiende detrás del despintado cartel de bienvenida. Se encuentra en las mismas condiciones que hace dos años atrás cuando fue colocado el cartel de obra, en un pomposo evento encabezado por el ex gobernador Morales, quien anunció la inversión de $800 millones de los cuales se ignora el nivel de ejecución de gasto.
Curiosamente el mismo Abud Robles junto al vicegobernador Alberto Bernis, acaban de finalizar un tour por el gigante asiático. Como ocurrió decenas de veces durante la última década, volvieron con anuncios y promesas, pero sin yuanes u otra divisa extranjera en la práctica. El parte de prensa oficial menciona un acuerdo con la compañía Gotion High tech «para la construcción de una planta solar de 200 megavatios en la finca El Pongo», entre otros proyectos en etapa de conversación. Se trata de la misma empresa interesada en fabricar celdas para baterías de litio en el Parque Industrial de Perico que ya firmó dos acuerdos con la provincia que hasta el momento no se han desarrollado. Una mala práctica del equipo de gobierno antecesor, donde de 8 mega proyectos financiados o con participación activa de multinacionales extranjeras solo 1 fue concretado: parque fotovoltaico Cauchari en Súsques a cargo de Shangai Electric Power Company.