Estados Unidos y China pelean por dominar la única ciudad del mundo que conecta los dos océanos: está en América Latina y pocos la conocen

El único punto del planeta que conecta los dos océanos más importantes del mundo vuelve a ser foco por su implicancia comercial y militar.

Las relaciones entre Estados Unidos y China atraviesan uno de sus momentos más tensos en décadas. Lo que comenzó como una competencia comercial y tecnológica se ha transformado en una disputa geopolítica de alcance global, que abarca desde el comercio hasta el control militar y la influencia alrededor del mundo.

En este contexto, ambas potencias mundiales se encuentran disputando uno de los territorios más codiciados del planeta por su implicancia comercial y militar. Es que se trata del único punto del planeta que conecta los dos océanos más importantes del mundo.

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El Canal de Panamá vuelve a emerger como un punto caliente de tensión entre Estados Unidos y China, donde los intereses comerciales, militares y diplomáticos convergen en una zona de alta geoestrategia.

Este paso interoceánico, que une el Atlántico y el Pacífico y es vital para el comercio global y la logística militar, es percibido por Washington como un pilar de su seguridad hemisférica, mientras Pekín lo ve como una pieza clave para expandir su influencia global.

El Canal de Panamá representa mucho más que una vía de navegación: es un nexo crítico del comercio internacional y una arteria esencial para el flujo de mercancías a puertos estadounidenses, además de un corredor militar clave para sus fuerzas marinas.

Según análisis, más del 70 % del tráfico que cruza el canal se origina o tiene como destino puertos de Estados Unidos. Este nivel de dependencia convierte al canal en un «activo estratégico» para Washington, que ve con alarma los movimientos de China en la región.

Por su parte, China ha incrementado su presencia a través de inversiones en puertos vinculados al canal, concesiones logísticas y participación en infraestructura clave alrededor del istmo. Estas operaciones generan inquietud en Estados Unidos, ya que podrían darle a Pekín capacidades de influencia o vigilancia en una vía de paso esencial.