Milei, Bessent y la amenaza del nuevo Estado fallido en la región

En medio del escándalo narco que envuelve a José Luis Espert y de las turbulencias financieras, Milei reconoció el freno en la actividad económica. Bajo presión demócrata y de los agricultores, el Tesoro dice que no pondrá plata en la Argentina.

Por Walter Curia – En medio de la corrida cambiaria y el escándalo narco que compromete a su candidato a diputado José Luis Espert en la provincia de Buenos Aires, el presidente Javier Milei reconoció esta semana dos cuestiones que en buena medida explican dónde comenzó su desasosiego. En una entrevista con el periodista Antonio Laje, en A24, admitió que la confianza en el Gobierno está en su nivel más bajo desde que comenzó la gestión y que la razón de esto, dijo, “es que la actividad económica se desaceleró fuertemente”.

La Universidad Di Tella difundió el lunes el tradicional Índice de Confianza en el Gobierno, que cayó en septiembre 8,3 por ciento respecto del mes anterior y marca efectivamente el piso del Gobierno de Milei. El Índice, que elabora Poliarquía, ya había mostrado un fuerte retroceso en agosto, cuando cayó 13,6%. Como se sabe, este indicador resulta un buen predictor del comportamiento que pueden tener todos los oficialismos en las elecciones, y es una mala predicción para el actual.

Aunque con una significativa reducción respecto de meses anteriores, la economía registró en julio un crecimiento de 2,9% respecto de la baja base de comparación del año pasado, pero retrocedió en mayo (-0,1%), junio (-0,7%) y julio (-0,1%) en la comparación mensual, según el estimador de actividad del Indec. La consultora OJF, de Orlando Ferreres, advirtió una suba ligera en su medición de agosto (0,7) y asegura que la expectativa económica hacia fin de año dependerá del resultado electoral del domingo 26. También para Analytica, del economista Ricardo Delgado, la actividad en agosto confirmó un escenario de estancamiento (0,1%), con comportamientos dispares entre los sectores de la economía que se advierten desde el comienzo del Gobierno de Milei.

 

Las cerealeras no votan

¿Principio de revelación? El del presidente fue un acto de sinceridad a medias. En la misma entrevista evitó hacer una autocrítica sobre los visibles errores en su gestión tanto política como económica, y atribuyó el parate en la actividad y la caída en la confianza en el Gobierno a la “vocación destructiva del kirchnerismo” en el Congreso.

En ese ámbito, en realidad, se expresaron en estos meses la oposición de todos los signos y, muy especialmente, los gobernadores, que respondieron al destrato poniendo un límite a la obsesión fiscalista de Milei. Las derrotas no cesan en el Congreso para el Gobierno: con mayorías inusualmente abrumadoras (del 85% de la Cámara) el Senado rechazó este jueves otros dos vetos del presidente y ratificó la sanción de las leyes de emergencia en pediatría y de financiamiento universitario. Al Poder Ejecutivo no le queda otro camino que promulgarlas.

 

Rescate emotivo

El ministro Luis Caputo y el presidente del BCRA, Santiago Bausili, viajaron a Washington para negociar qué tipo de asistencia supondrá el rescate del Tesoro de Estados Unidos a la economía de Milei. Negociar es una manera de decir: el Gobierno se autoimpuso desde el primer día una subordinación a Washington en materia de política exterior; ahora atiende sus recomendaciones sobre política económica, sustentabilidad política y gobernabilidad a cambio de un salvataje.

No resulta claro en qué medida un hombre como Donald Trump podría conducir a Milei en esta encrucijada. Porque Trump también tiene la suya. El Gobierno norteamericano acaba de cerrar parcialmente (shutdown), y se limitará a prestar servicios esenciales por diferencias sobre la extensión del presupuesto con la oposición en el Congreso. Enfrenta el encendido reclamo de los productores agropecuarios, a quienes se sumaron senadores demócratas, por el impacto de la guerra de aranceles y ante el perjuicio adicional por el levantamiento pasajero de las retenciones a sus colegas de la Argentina; y está siendo acusado de intentar favorecer a estadounidenses con intereses en la Argentina.

Bajo esas presiones, el secretario del Tesoro Scott Bessent debió anticipar este jueves en una entrevista televisiva que habrá una ayuda “significativa” del Gobierno para los productores estadounidenses, que son parte de la base electoral del presidente republicano. En la misma entrevista aclaró: “Estamos dando una línea de swap, no estamos poniendo dinero en Argentina”, con lo que parece haber reducido el menú de opciones de asistencia, que incluía también la compra de bonos argentinos emitidos para la ocasión o en el mercado secundario. Bessent consideró oportuno desmentir finalmente la versión que circula en medios independientes de EE.UU., y que ha rodado también aquí, sobre otro rescate, el del inversor Robert Citrone, fundador del fondo Discovery Capital: “No podría ser más falsa la versión de que queremos contribuir al enriquecimiento de estadounidenses en la Argentina”

Lo más inquietante de las declaraciones de Bessent resulta sin embargo el paralelismo que trazó entre la Venezuela de Maduro y lo que a su juicio podría ser el destino próximo de la Argentina. “No queremos crear otro Estado fallido en Sudamérica”.

Se descuenta que para después de la elección, EEUU pedirá que el BCRA compre dólares para fortalecer las reservas, modifique el régimen cambiario y construya una alianza política para garantizar la gobernabilidad. Decidido a librar una lucha indefinida contra los carteles de la droga en América Latina, no debería extrañar si Washington pide además la cabeza de José Luis Espert.