Las declaraciones de Xi fueron dirigidas al Buró Político, pero también al pueblo chino, al remarcar la importancia de mantener la unidad ideológica, la lucha contra la corrupción interna y la fidelidad a los principios fundacionales del partido. Además, presentó los ocho puntos fundamentales que deben guiar el accionar de los cuadros dirigentes, recordando que su cumplimiento no es solo una obligación institucional, sino también moral.
La conmemoración adquiere un tono especial en un contexto internacional desafiante, donde el liderazgo de Xi busca reafirmar tanto el control interno como la proyección global de China. El PCCh, fundado en 1921, ha evolucionado desde un movimiento revolucionario hasta convertirse en la estructura política dominante del país más poblado del mundo. Xi Jinping ha reiterado que la fortaleza del partido es esencial para alcanzar el llamado “rejuvenecimiento nacional”, un objetivo estratégico que combina desarrollo económico, estabilidad social y consolidación del modelo socialista con características chinas.
Estas celebraciones se enmarcan también en una etapa clave del tercer mandato de Xi, en la que se intensifican las campañas de control ideológico, la modernización tecnológica y el fortalecimiento de la autosuficiencia económica frente a presiones externas. Para el PCCh, el aniversario no es solo una fecha simbólica, sino una reafirmación de su papel histórico y futuro como núcleo de liderazgo en la construcción del “sueño chino”.