presidencia de Wilman Terán en el Consejo de la Judicatura. El último lunes, cuatro testimonios anticipados en la Corte Nacional de Justicia revelaron cómo se estructuró una red ilícita que incluyó desde hackers y un grupo armado hasta la contratación de un troll center, todo con el objetivo de manipular concursos judiciales y consolidar el control de Terán, sentenciado en el caso Metástasis y procesado en otros.
El testimonio de Santiago Cifuentes, que al momento de los hechos era asesor en materia jurídica y coordinador de Relaciones Internacionales del Consejo de la Judicatura, describió que la administración de Terán operaba a través de estructuras altamente compartimentadas y jerárquicas. En el núcleo de la red se encontraba el propio Terán, quien controlaba todas las decisiones importantes bajo un principio de “compartimentación de información”. Según el testigo, Terán decía haber pertenecido a un grupo subversivo en su juventud y esta experiencia influyó en cómo manejaba la organización: cada miembro tenía tareas específicas y no conocía los detalles del objetivo final, que eran reservados únicamente para Terán. La red se dividía en varias estructuras clave, según el testimonio de Cifuentes.
La estructura externa incluía personas que no figuraban en la nómina de la Judicatura, como la entonces jueza Anabel Torres, alias “Diamante” o “Agente 1″. Según Cifuentes, Torres coordinaba acciones políticas y jurisdiccionales, y tenía un alto grado de influencia, utilizando incluso recursos asignados al Consejo, como vehículos oficiales y seguridad. También se le atribuyó la capacidad de movilizar personal y ejercer presión sobre jueces.
Los Ángeles negros, en cambio, era un grupo de asesores jurídicos trabajaba en el posicionamiento político de Terán. Entre sus integrantes destacaban Andrea Y., encargada de la asesoría jurídica y comunicacional, y Ángel C., con conexiones en la Asamblea Nacional. Este equipo, explicó Cifuentes, desarrollaba estrategias para antagonizar con instituciones como la Fiscalía.
También había un ejército invisible, liderado por Cristian N. y Gema O.. Este era un grupo de hackers que tenía como objetivo filtrar información sensible de la Fiscalía y la Policía Nacional. Cifuentes indicó que se ejecutaron intentos de manipulación informática, como el acceso al sistema del concurso de jueces nacionales de 2023. Según Cifuentes, este grupo fue esencial para varias operaciones encubiertas, incluyendo la obtención de preguntas y respuestas del examen para jueces.