La sucesión viene en muy corto plazo”, consideró la ex guerrillera Dora María Téllez, hoy en el exilio
El régimen de Daniel Ortega apresó esta semana al menos a 21 personas que considera opositoras en una nueva ola de detenciones como parte de una ofensiva para consolidar su dictadura en Nicaragua, denunció la organización el Monitoreo Azul y Blanco (MAB).
Las detenciones acompañan a un paquete de leyes que Ortega envió para su aprobación en la Asamblea Nacional y que, según han explicado los opositores, radicaliza el régimen autoritarito en el país y activa un mecanismo expedito para que su esposa, Rosario Murillo, llegue a la presidencia y queden en línea directa de sucesión en el poder una vez que Ortega fallezca.
“Es un movimiento vertiginoso. Llama la atención”, reflexiona Dora María Téllez, una excompañera de Ortega en la guerrilla de los años 70 y miembro de su gabinete en el gobierno sandinista de los años 80. “En cuatro horas meten una ley y meten la otra, y la otra”, dice.
Téllez quien fue presa política de su antiguo compañero de armas y actualmente se encuentra en el exilio, considera que el régimen nicaragüense se ha visto obligado a acelerar el mecanismo de sucesión “por razones que se desconocen”.
“Para mí se está moviendo algo en El Carmen (la residencia de la familia Ortega Murillo). La sucesión viene en muy corto plazo. Es una pavimentación de calle para que la Rosario (Murillo) encuentre su camino lo menos complicado posible”, dice la exguerrillera.
La ofensiva comenzó el pasado19 de noviembre cuando Ortega ordenó una reforma profunda a la Constitución Política de Nicaragua que, entre otras disposiciones, crea las figuras de “copresidente” y “copresidenta”, aumenta de cinco a seis años los períodos presidenciales, elimina la división de poderes, subordina todo el Estado a las figuras presidenciales, legaliza a los paramilitares como “Policía Voluntaria” y establece a la bandera rojinegra, símbolo del partido de Ortega, como símbolo nacional.
Aunque fue presentada como “reforma parcial” la propuesta de Ortega demuele la actual Constitución Política porque deroga 38 de sus artículos y reforma o sustituye a otros 143 artículos de los 198 que tiene la Carta Magna.