Las lluvias dejan casi un millar de viviendas destruidas en Bolivia

Son 911 las viviendas que se desplomaron en las diferentes regiones y otras 1.328 quedaron afectadas.

El número de fallecidos aumentó a 52 y hay cinco desaparecidos. 85.974 familias sufren los efectos.

Las torrenciales lluvias, que causaron inundaciones, deslizamientos y desbordes, dejaron a casi un millar de familias sin hogar. Hasta el momento, 911 viviendas quedaron completamente destruidas en distintas regiones del país, según los reportes oficiales.

Sin embargo, si se suman las 1.328 que sufrieron algún tipo de daños, el número de viviendas afectadas por los desastres naturales se elevan a 2.275 en lo que va de la temporada de lluvias.

El informe lo dio el viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, que este fin de semana estuvo supervisando los trabajos de reencauzamiento de las aguas del Río Grande, junto con el Servicio de Encauzamiento de Aguas y Regularización del río Piraí (Searpi).

Las detonaciones de dinamita permitieron abrir canales para redireccionar el cauce del río, con lo que se busca proteger a 300 familias en Montero Hoyos, Distrito 15 de la ciudad capital.

El viceministro informó que hasta el momento fueron afectadas 85.974 familias en los nueve departamentos.

Confirmó que, además, 52 personas perdieron la vida y otras cinco se encuentran desaparecidas en medio de las riadas, inundaciones y otras situaciones de desastre que provocaron las lluvias.

Con relación a los municipios, la autoridad informó que 133 están afectados, 35 se declararon en desastre y 17 están en emergencia.

Asimismo, dio a conocer que la cifra de viviendas afectadas aumentó.

“Si comparamos con el periodo de 2022 y 2023, podemos decir que este periodo es mucho más duro”, señaló Calvimontes.

El director del Searpi, Luis Aguilera, indicó que las detonaciones de dinamitas en el Río Grande “no son un proyecto definitivo”, sino paliativo para proteger a más de 300 familias que estaban en riesgo.

Agregó que se han reforzado los diques de contención, pero además se realizaron tres líneas de defensa para evitar que las aguas ingresen a las comunidades.

La autoridad explicó que dinamitar un playón, que está sedimentado, tiene como finalidad reencauzar el Río Grande, porque el codo que se formó provocaba que el agua chocara fuerte contra el dique.

Señala que cuando el río bajó su nivel se buscaron alternativas y, con el Viceministerio de Defensa Civil, se consiguió desplazar expertos y buzos para hacer ese trabajo en conjunto.

Aguilera indicó que se reunieron con el Ministerio de Defensa para que sigan los trabajos que permitan formar un boquete y se consolide un canal de 200 metros que permita que el Río Grande sea reencauzado.

También dijo que ya tiene conversaciones adelantadas con el presidente Luis Arce y con el alcalde de la ciudad, Jhonny Fernández, para impulsar un proyecto de contención de posibles riadas.

“Vamos a utilizar una geomembrana con alta tecnología, con vida útil de 20 años. Evitaremos todas las situaciones de zozobra que hemos pasado, trabajando 24 horas al día”, señaló el director del Searpi.