El PRO, los libertarios y los Nac&Pop son los traidores

El radicalismo no traicionó a nadie y recobra músculo político opositor al mostrarse como fuerza respetuosa y responsable ante la “inconsistencia y falta de humanismo de LLA&PRO”, el verdadero oficialismo.

Por Sandra Choroszczucha – Hubo una vez una coalición política que se conformó y persistió bajo la consigna central de ser oposición al kirchnerismo corrupto e ineficiente. Esa coalición, Cambiemos, se constituyó en 2015 a partir del acuerdo de tres partidos, el PRO, la UCR y la Coalición Cívica, y conforme pasaban los años se fue ampliando, recibiendo en sus filas a sectores de otras fuerzas republicanas. En 2019, la coalición decidió denominarse Juntos por el Cambio, cambiaba el nombre, pero no su consigna central: ser oposición a un kirchnerismo corrupto e ineficiente.

Pasaron los años y la corrupción e ineficiencia del kirchnerismo escaló, por lo tanto, la consigna central de Juntos por el Cambio tomaba cada vez más sentido y más fuerza. Argentina, bajo el último gobierno de los Fernández-Fernández, comenzó a liderar como nación con mayor índice de inflación mensual, interanual y global, y así llegamos a la actualidad, con una situación macro- económica y una matriz social reventadas.

¿Y qué pasó con la coalición política que se oponía al kirchnerismo corrupto e ineficiente? La desaparecieron. ¿Quiénes? El PRO, liderado por Mauricio Macri. Excepto Rodríguez Larreta y unos poquitos más, el PRO en su conjunto abandonó la alianza Juntos por el Cambio apenas su candidata a la presidencia, Patricia Bullrich, quedó fuera del juego en la elección general.

Desde ese momento, para ser más exactos justo un día después, el lunes 23 de octubre por la noche, Bullrich decidió con Macri, que el PRO se alinee con La Libertad Avanza (LLA). Así, “la tira bombas en los jardines de infantes” que nos contaba Milei, decidió no ocupar el lugar que los votos le asignaron, el de ser oposición. A la vista de todos los que quieren ver, podríamos ya confirmar que el oficialismo, aquí y ahora, está conformado por LLA & PRO.

¿Existe una oposición al kirchnerismo y a La Libertad Avanza como existía hasta el 22 de octubre a la noche? Sí, y esa oposición respeta lo que las urnas definieron. Así, la UCR, la Coalición Cívica en un interbloque con el peronismo republicano y cordobés, la izquierda y otras fuerzas con menor caudal electoral decidieron posicionarse en el lugar que les asignó la ciudadanía en las urnas.

El radicalismo no echó por tierra a la coalición que se opuso desde sus orígenes al kirchnerismo corrupto e ineficiente, el que abandonó ese espacio es el PRO, para unirse con quien negoció listas preelectorales PASO con el candidato del kirchnerismo, Sergio Massa.

El radicalismo no negoció con quien coloca en su pequeñísimo gabinete a Guillermo Francos, histórico peronista casta, y al ex vicepresidente de Néstor Kirchner y ex gobernador de la provincia de Buenos Aires durante ambas gestiones completas de Cristina Fernández de Kirchner (CFK), un kirchnerista casta pura cepa, Daniel Scioli.

Patricia Bullrich con mucha lucidez en campaña y apelando a datos, cuando aún competía con el que la acusaba de “tira bombas en los jardines de infantes”, nos alertaba que Milei era Massa. Si le creemos a esa Patricia, a la de cuatro meses atrás, el PRO, que se alineó con Milei que es Massa que es el kirchnerismo, por elevación se alineó entonces con el kirchnerismo corrupto e ineficiente.

Así que, apelando a los dichos y hechos de la concreta realidad, el mayor traidor a la ciudadanía que no quiere más kirchnerismo, es el PRO. La Libertad Avanza también traiciona a su electorado, ya que se presenta como gran opositor al kirchnerismo cuando desde su génesis mantiene estrechos vínculos con cantidad de sus dirigentes.

Pero vamos a lo importante en una república que está sufriendo una tremenda crisis macro y socio-económica.

Existe oposición a una fuerza cuya líder principal condenada, CFK, amenazó con que teníamos que tenerle miedo a Dios y a ella, o que les gritaba con inusitada violencia a jueces que la convocaban para que respondiera preguntas frente a causas varias que la involucran en actos de corrupción. O que cuando gobernó, apareció muerto un fiscal de la nación a un día de ir a declarar contra ella por la causa de encubrimiento a Irán por el atentando a la AMIA, y que apoya a la dictadura de su amigo Nicolás Maduro en el país venezolano.

Y existe oposición al mismo tiempo a una fuerza cuyo líder principal, Javier Milei, nos cuenta que sus funcionarios y militantes son superiores estéticamente, y que grita e insulta a legisladores y gobernadores que no piensan como él mientras arma listas negras para poder escracharlos.

El líder y presidente que en declaraciones públicas les dice a los legisladores de la Nación que son “un nido de ratas” y que son “una mierda”, y que apoya al ex presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, el mismo que nos contó que prefería que su hijo muriera en un accidente de auto antes de que fuera con un novio barbudo a su casa, y que desde las sombras digitó un golpe de Estado contra el reciente gobierno de Lula.

Si el radicalismo (recontra atacado por los libertarios y el PRO), que hoy vuelve a tener una musculatura política importantísima, y las demás fuerzas opositoras no se presentan como corresponde, como esa oposición responsable a la corrupción e ineficiencia Nac&Pop y a la inconsistencia y falta de humanismo de LLA&PRO, seguiremos padeciendo de esta maldita grieta, que solamente cambia el alias en sus polos, y no mucho más.

El gobierno de Milei debe gobernar como corresponde, debe respetar las reglas básicas de convivencia de una república, debe entender que para lograr llegar al déficit cero no puede pedir que la mayoría de los argentinos no coma y no pueda pagar sus servicios básicos. El kirchnerismo debe respetar que el gobierno en funciones gobierne, y debe colaborar con todo lo que se encuentre a su alcance, luego de haber reventado en mil pedazos la macro-economía y la matriz social argentinas.

Y la oposición a la LLA&PRO y a los Nac&Pop debe ser lo que es, oposición, y con responsabilidad mantener su lugar, el que les asignó el voto popular, para apoyar lo que es positivo para los ciudadanos argentinos, y para controlar y oponerse a los desbordes de los que se creen superiores estéticamente y pretenden sin déficit que la gente no coma, y para controlar y oponerse a los desbordes de los que quieren generar una crisis de gobernabilidad para volver y seguir reventando en mil pedazos más la macro-economía y la matriz social argentinas.

Y el radicalismo es parte de esa oposición, parte central porque existe hace 133 años como fuerza política y porque demuestra una y otra vez ser una oposición respetuosa y responsable, y el radicalismo no traicionó a nadie. El que traicionó a su electorado es el PRO, el que traicionó a su electorado es LLA, y el que traicionó a su electorado con extrema virulencia durante los últimos cuatro años fueron los Nac&Pop.