¿Cómo explicar los fanatismos?

Es privativo del humano en razón de estar ausente del instinto, el logro de una subjetividad en su lugar.

Por Juan Carlos Cosaka – De ahí que las subjetividades siempre sean consideradas en su singularidad. Puede decirse entonces que cada quien se define por sus apetencias, preferencias y direcciones valoradas en el caso de uno a uno, asintóticamente con los universales. Siendo los datos de estructura pasibles de establecer diferencias.

Así, la clínica describe la forma en que la neurosis obsesiva define y defiende sus convicciones con tozudez, depósito narcisista en el saber que él supone poseer, al contrario de la histeria la que del saber no quiere participar ni enterarse.

La calidad de las conversaciones no solo es un aspecto importante de la dinámica del equipo, sino que también tiene un impacto significativo en la cultura organizacional en general.

Con el objetivo de ahorrar recursos para poder enfrentar la complejidad del mundo que nos rodea, nuestra mente suele activar procesos no conscientes que nos permiten resolver los dilemas que tenemos, con el menor esfuerzo cognitivo posible.

Nos ocuparemos de la ocasión de la aparición y de quienes padecen o proclaman ideas fanáticas. Se define una idea fanática desde varios autores: Darío Sor, dice de la arrogancia, estupidez, infra humanidad, curiosidad (fisgoneo, acoso) y ausencia de crisis, portadoras de Idea Máxima en tanto no articuladas con otras Su “no pensamiento”, da como resultado una determinación automática de los hechos por tanto ausencia de conflicto.

Para la idea fanática, toda percepción se resume en una única verdad: lo que lo motoriza, su “causa”, tiene siempre una valoración acrítica de las relaciones causales. Su lógica es la de Antígona, en su decir para dar razón a su acto: “Es así porque es así”. Definición que suspende toda dialéctica.

Dicho de otro modo, para la idea fanática el enunciado es único, no se relaciona ni dialectiza con la enunciación. Muchas veces constituye una actitud de manera preferencial que promueve al acto.

En general se sostienen ideas de corte mesiánico frente al universal dolor de la condición humana, con lógicas reivindicatorias consistentes en desmentidas de los límites del sujeto, muchas veces en apelación a un mítico pasado. Retornar al viejo orden, toda vez que tambalea la identidad yoica.

Peskin propone que es por la ventana “unheimilische” del aparato narcisista que se filtra el fanatismo. Momento en que aparecen formaciones de compromiso, no sin la concurrencia del Superyó en virtud de la añoranza del objeto protector –protopadre- y nutricio –madre fálica-, hecho que conduce al sometimiento (de la etimología de obediencia “Ad audire”, todo oidos de la orden, tal el decir de Lacan j´ouis -oigo- homofónico con jouis, gozo) que conmina a imperativos masoquistas.

En tanto la aparición de certezas inmutables y el encadenamiento lógico que remodela los ideales, es pertinente la moción de parentesco con la paranoia.

Fanáticos se llamó a los sacerdotes de la diosa de la guerra (Ma. Belinda) que encarnaba sus horrores, que entraban en estados de místico frenesí y se producían mutilaciones.

Nos lleva a considerar entonces al sujeto fanático, que hace su aparición en múltiples campos: social, político, deportivo, cultural y religioso.

Respecto de este último pasamos a considerar partiendo de una pregunta: ¿Es el cordero sacrificial un fanático?

Son numerosos los casos –aún en la actualidad- de sujetos que dan la vida en una entrega heroica por el Dios o la Causa.

El sacrificio da consistencia real y sostén de un Otro sin falta. Dando su vida se obtiene del Otro un lugar en su deseo. Dicho de otro modo, su vida colma al Otro y lo sostiene como sin falta: “hágase su voluntad”, sostiene el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo”, Hito que divide las eras de la cultura occidental.

A propósito del sacrificio, en el mito del sacrificio de Isaac, junto con las opciones que propone Kierkegaard en Temor y Temblor, encontré una de las apariciones geniales del sarcasmo de W. Allen:

En camino hacia el monte del sacrificio, Abraham se encuentra con Dios que le pregunta: ¿Dónde van tan temprano?

Abraham contesta –A sacrificar a Isaac.

Dios responde –¿Cómo se te ocurre semejante cosa?

-Es por orden tuya, dice Abraham.

-Es que crees en cualquier cosa! Concluye Dios.

De tal viñeta simpática y reveladora, nos dirigimos a considerar la creencia.

Dicho de otro modo, las ideas y los fanatismos pueden transmitirse y volverse contagiosos por vía de la inducción de creencia.

En tiempos de pandemia escribí un libro, “Odio y lazo social, odiosincracia”, movido por el asombro de encontrar movimientos masivos de gentes convocadas por odio, muchos de ideas de corte fanático, en la época denominados los anti cuarentena.

Lo asombroso, señalo ahora, que los sujetos en la escena no tenían antecedentes de fanatismo, sino que aparecían en los mass media vociferando odio sin medir las consecuencias. Propuse entonces que tal odio no constituía un lazo social sino un síntoma social, como propugna Lacan. Odio no dialectizado con el amor, sino puro, instilado por la creencia.

De ahí rescato: “El odio sostenido en ficciones, generan para sus promotores filas de feligreses, prestos al sacrificio de su inteligencias siguiendo sin crítica ni pensamiento arrobados en el éxtasis en donde vociferan al Pharmaton, el chivo expiatorio sacrificado.

Un dato asombroso lo constituyo encontrar en los 11 principios de la propaganda política de J.Goebbels, los lineamientos aggiornados de la instilación de creencia, su prólogo dice: Este es el sentido de la propaganda : a quien quiere capturar lo empapa de sus ideas sin darse cuenta que, es imbuido de ellas.

Desde M. Klein y sobre todo Biom se ocuparon de los mecanismos de la creencia. Creer también es no tolerar el duelo y modificar la realidad interna, el fanático padece de ideas desvitalizadas. En Freud, la oposición entre enigma y certeza perversa, posibilitan el trabajo de reemplazar la angustia, el caso de la desmentida se da lugar a la escisión del Yo, coexistencia entre el prejuicio y el dato perceptivo. Por tanto, en la creencia la desmentida hace coexistir datos contradictorios.

En la época de las fanatismos y fundamentalismos se produce el hecho de ser segregativos. El neurótico se rige por el ideal del Yo, siempre en falta en cambio quien promulga la certeza está en el Yo ideal sin fallas.

En Recalnatti se encuentran algunos datos de interés. El fantasma de la proeza es coincidente con la identidad, especialmente en la inocencia del niño.

Respecto del fenómeno de los niños armados por guerrillas, postula que su falta de desarrollo psíquico elimina dudas e incertidumbre. Postula un “núcleo pedófilo” de la educación totalitaria, siendo la actitud en aquellos que se suman a la “causa” similar a la anorexia, implicación en la propia vida en nombre de una causa, bajo el juicio que eso es el derecho a la propia salvación.

Humberto Eco señala la dimensión eterna del fascismo. Dado por la propuesta de eliminar al diferente (segregacionismo); aniquilación de la memoria, supresión del decir individual por lo universal abstracto.

Para primo Levy, el nazismo y el fascismo parecen carecer de rostro y haber vuelto de la nada.

De los manifiestos de la creencia, se da como resultado la selección y discriminación del otro, en otros tiempos, su exterminio.

De todos modos y en conclusión, se viven épocas en donde los fanatismos transitan por lo que parece ser el reinado de la prosecución directa de la pulsión de muerte.

Disposición de grupos humanos de fanatismos sangrientos que asesinan sin motivo otro que una creencia que los promueve al acto. Tal la existencia del ISIS, que capturó a muchos occidentales no concurrentes a la creencia.

A mi entender, no deberían estos fenómenos ni sus representantes, ser entendidos en el nivel de la psicopatología. Se termina padeciendo de una fanática pasión por la clasificación, ahí donde se trata más bien de datos de la Justicia y planteos de la Ética.

Médico psiquiatra, psicoanalista, Magister en psicoanálisis. Miembro titular en función didáctica de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA). Miembro de Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA). Miembro titular y profesor de maestría de la AEAPG. Miembro de la Convergencia movimiento Lacaniano para el análisis Freudiano. Miembro del Comité de Expertos de la COEAU. Miembro honorario de la primera cátedra de Derechos Humanos Universidad Nacional del Sur. Premio Celes Cárcamo 1994. Autor de numerosos trabajos en revista de APA, AEAPG, Redes de la Letra, Tramas, Coutor de «La Shoah en el siglo..»; «Deseo de Ley, Freud Saberes y sabores»; «Ataque de pánico una lectura psicoanalítica».