A menos de tres meses de que los chilenos tengan que acudir a las urnas para votar a favor o en contra de la nueva propuesta constitucional en Chile, existe un tufillo a que el proceso, bajo la conducción de los consejeros del Partido Republicano y con la venia de los consejeros de Chile Vamos, se está yendo a pique.
Sin ir más lejos, la última encuesta Cadem, que ha funcionado como una suerte de termómetro semanal del proceso, sitúa el apoyo a lo avanzado en este nuevo texto en apenas 21%, mientras que el rechazo a la propuesta rompió su propio techo, llegando a 59%.
Aunque han surgido tímidas voces que están llamando a comenzar otro consejo en caso de que la propuesta de Constitución sea rechazada, oficialmente la búsqueda por una nueva ley fundamental del Estado en Chile, una que renueve la hecha bajo la dictadura de Augusto Pinochet, concluye acá. Y no parece haber ánimo de empezar todo de nuevo.
Evelyn Matthei, alcaldesa de la comuna de Providencia, y una de las figuras de la derecha mejor aspectadas para competir por la presidencia, dio una entrevista el fin de semana recién pasado en la que formuló duras críticas al texto que se está construyendo.
“No existe ese ánimo en el Consejo de tratar de hacer un esfuerzo para tener una Constitución que sea aceptable para todos los sectores. Hoy día ya aparecen Amarillos y Demócratas tomando distancia de este proceso, porque efectivamente más parece un programa de gobierno de una mayoría circunstancial que una Constitución. Si las cosas siguen así, naturalmente no voy a poner mi capital político para la aprobación de esta nueva Constitución que se discute, que en realidad no es una Constitución”, dijo en la conversación con el diario El Mercurio, en la que enarboló la teoría de que, como los republicanos de base jamás estuvieron de acuerdo con cambiar la Constitución, al endurecer sus posturas “podrían estar efectivamente buscando una razón para bajarse”.
De paso, Matthei criticó la inacción de las directivas de Chile Vamos, la coalición de derecha.
Sin ir más lejos, este lunes hubo una acotada cumbre de presidentes de partidos de derecha e izquierda. Javier Macaya, presidente de la UDI, y Rodrigo Galilea, timonel de Renovación Nacional, ambos partidos de derecha, se reunieron con Paulina Vodanovic, presidenta del Partido Socialista, para tratar de enrielar el proceso, algo que se ve difícil considerando que desde el oficialismo no existe confianza en que los partidos de Chile Vamos tengan control sobre sus propios consejeros.
“No tenemos ningún tipo de mayoría, y para lograr los avances que se requieren para que esto sea viable necesitamos acuerdos con otras fuerzas políticas, sino seguiríamos siendo minorías y una Constitución no se construye de las minorías ni mayorías, porque no va a ser una Constitución para todo Chile”, dijo la senadora Vodanovic esta mañana en Radio Cooperativa.
Vodanovic aprovechó la ocasión de criticar lo que ella misma ha bautizado como “Kastitución”. “Lo que quise decir es que se está haciendo una Constitución de acuerdo a las proyecciones o el programa de gobierno eventualmente del candidato (José Antonio) Kast, el Partido Republicano está con una visión partidista y no por el bien de la sociedad, reforzando puntos que les dan réditos”, precisó.
Apelar a los expertos
La apuesta por enmendar el rumbo apunta a la siguiente etapa del proceso constituyente, en la que la comisión de expertos, los mismos que habían elaborado un anteproyecto que había concitado una aprobación transversal, podrán hacer observaciones a lo ya aprobado.
Por cierto, Alejandra Krauss, una de las comisionadas expertas, dijo esta mañana también en Cooperativa que “el consejo ha ido desmantelando el texto de los expertos”.
Por último, de fracasar el proceso, comienza a tomar forma la idea de tratar de aprobar el texto hecho por los expertos en el Congreso.
Reducción de diputados
Para justificar todo lo anterior, ayer el consejo constitucional aprobó otras medidas que no tienen mayor explicación. Por ejemplo, la reducción del número de diputados de 155 a 138. Eso sí, como alegó el consejero socialista Gabriel Osorio, “¿cuál es la evidencia? ¿Por qué 138 y no 137?”.
Es que hasta ayer, todos los consejeros que aprobaron ese acápite tenían respuestas distintas para justificar esa cifra. Ninguna muy convincente, por cierto.