Desbordada por la inmigración, Nueva York pide acelerar permisos de trabajo para solicitantes de asilo

Las autoridades de la ciudad buscan que el gobierno federal facilite la entrada de los migrantes al mercado laboral para aliviar los desbordados costos en ayuda pública.

Desbordadas por la avalancha de inmigrantes, las autoridades neoyorquinas urgen al gobierno federal a que acelere los permisos de trabajo para los solicitantes de asilo y más ayudas para hacer frente a un problema que deberían repartirse todas las ciudades del país.

Con el 40% de los hoteles de entre 51 y 200 habitaciones ocupados por solicitantes de asilo, el alcalde de la ciudad, el demócrata Eric Adams, empezó a enviar inmigrantes a otras localidades del estado de Nueva York para “descomprimir” las infraestructuras de alojamiento, pese a la oposición de comunidades receptoras.

Así, baraja limitar la estancia en los alojamientos a cuatro meses. También evalúa utilizar gimnasios de colegios públicos y hasta hangares del aeropuerto internacional JFK para alojar a los recién llegados.

Solo la semana pasada llegaron a esta ciudad de la costa este más de 5800 migrantes y la anterior otros 4200, según Adams, para quien “la ciudad está pagando por un problema nacional”.

Actualmente, las arcas de la ciudad -que por ley tiene que brindar un techo a quien lo solicite-, proporcionan a 42.000 de las 70.000 personas llegadas en el último año alojamiento, comida, atención médica o educación. En su mayoría llegaron en buses fletados desde estados gobernados por republicanos, en particular de Texas.

Según declaró Adams el domingo a la cadena MSNBC, la avalancha de inmigrantes, principalmente de Centroamérica y América del Sur -en particular de Venezuela-, le ha costado a la ciudad “más de 1000 millones de dólares” y para este próximo año se “proyecta gastar más de 4000 millones”.

La ciudad recibió 30 millones de dólares de los 350 que entregó la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA) por la crisis migratoria.

Mientras no haya una reforma de la ley de migración, que bloquea el Partido Republicano, la solución, según Adams, pasa por la distribución -”coordinada en la frontera”- de los inmigrantes por todo el país y la aceleración de los permisos de trabajo por parte del gobierno federal, que ahora demoran un promedio de 180 días.

“Si les permitiéramos trabajar, reduciría la presión y la responsabilidad de las ciudades”, sostuvo Adams. No obstante, la mayoría de los migrantes realizan trabajos temporales y a menudo mal pagados para poder enviar dinero a las familias que quedaron atrás.

La venezolana Sthefani Centeno, de 23 años, recién llegada a Nueva York, asegura que “aunque sean trabajos de migrantes, tener trabajo es una gran oportunidad”.

“Aquí hay trabajo de sobra en lo que sea, lavando platos, pelando papas, lavando baños. Solo hay que tener ganas de trabajar”, aseguró a la AFP en el hotel Roosevelt de Manhattan, desde donde ahora se canaliza la distribución de solicitantes de asilo en la ciudad.

Según la gobernadora del estado, la demócrata Kathy Hochul, que junto a Adams le pidió al gobierno federal agilizar los trámites de permisos de trabajo, solo en el sector agrícola del estado hay 5000 vacantes, lo mismo en el rubro alimentos y más de 4000 para conserjes, limpiadores y amas de llaves.

“Están deseando trabajar. Quieren trabajar. Vinieron aquí en busca de trabajo y un nuevo futuro, y pueden convertirse en parte de nuestras comunidades”, dijo la gobernadora, descendiente de inmigrantes irlandeses.

Adams, un expolicía que llegó a autodenominarse el “Joe Biden de Brooklyn” en una supuesta comunión con el presidente demócrata, ahora no escatima críticas a la política migratoria del mandatario, que aspira a disputar los comicios de 2024 para seguir en la Casa Blanca.