Expertos aseguran que el pastoreo conjunto de ovinos y vacunos, y la complementariedad del ovino con áreas de cultivos, son modelos agrícola-ganaderos que optimizan el rendimiento de los campos, bajan los costos y eficientizan el proceso de producción.
La sustentabilidad y rentabilidad del negocio agropecuario se define por la diversificación productiva, que en la región centro del país, llegó para quedarse. La ganadería ya no es una actividad extensiva sino que es complementaria a la agricultura en un sistema de rotación.
La tendencia es desarrollar sistemas de producción en los que el ovino resulte un negocio rentable, a través de un programa integral de calidad que incluye tecnología, instalaciones adecuadas, planes de reproducción y la genética específica del ganado ovino.
La forma de comercialización de la carne ovina también está cambiando. Se puede obtener una mayor cantidad de kilos de carne de corte de calidad por hectárea, obteniendo corderos que entre los 4 y 6 meses de edad ya pesan entre 35 y 50 kilos vivo, produciendo reses de 14 a 25 kg aptas para el troceo. El troceo es la tónica del mercado de ovinos de calidad por estos días, en sintonía con lo que ocurre en el mercado de carne vacuna.
La ingeniera zootecnista Mercedes Mc Cormick, directora de la Diplomatura Universitaria en Manejo y Gestión de los Sistemas de Producción Ovina, destaca que hoy la tendencia es desarrollar sistemas de producción en los que el ovino no sea un complemento, sino que sea un negocio rentable en sí mismo.
Las nuevas tendencias en la producción, comercialización y consumo ponen a la carne ovina ante la posibilidad de un escenario de crecimiento. Es clave la formación para aprovechar la oportunidad y la rotación agrícola-ganadera.
