Bolivia bajo el dominio del narcotráfico

En Bolivia, el tráfico de cocaína ha alcanzado niveles preocupantes.

Actualmente, existen 855 pistas clandestinas y 31 escuelas de pilotaje en el país. Además, los narcotraficantes han tomado todos los parques nacionales, donde tienen fábricas de cocaína de lujo. Sorprendentemente, el gobierno se ha negado a activar los 13 radares que compró en 2017 para combatir el narcotráfico. Debido a esta situación, Bolivia está viviendo una realidad similar a la de Afganistán.

Recientemente, se capturó en Paraguay a miembros de una organización internacional que trasladó 17 toneladas de cocaína de Bolivia y Colombia a Europa por un valor de 700 millones de dólares. Este hecho es una muestra más de que el narcotráfico domina Bolivia.

El ex ministro de gobierno de Morales, Carlos Romero, alertó sobre la existencia de una pista clandestina que tenía iluminación artificial para operaciones nocturnas en Bajo Paraguá, cerca de la frontera con Paraguay. Sin embargo, el gobierno tardó tres meses en llegar al lugar. Allí se encontraba una moderna fábrica de clorhidrato de cocaína que producía una tonelada por día, con instalaciones modernas y cómodas, que incluían un gimnasio para sus empleados. La fábrica contaba con un sistema de seguridad que había sido capaz de mantener alejada a la policía durante años.

El gobierno ha negado que en Bolivia estén operando cárteles extranjeros, pero el diario O Estado de Sao Paulo informó que el Primer Comando da Capital, PCC, no solo opera en Bolivia, sino que incluso tiene plantaciones de coca y fábricas para producir droga que debe enviar a Europa en una operación con la mafia calabresa Ndranghetta.

En Bolivia, las acusaciones que se hacen los dirigentes del partido MAS, entre las facciones de Arce y Morales, sobre las conexiones que ambos tendrían con el narcotráfico, refuerzan las sospechas de que el cocalero líder de ese partido ha marcado la política boliviana desde principios de siglo.

En resumen, Bolivia está siendo dominada por el narcotráfico y se requieren medidas urgentes para detener esta situación. Aunque el gobierno ha comprado radares, aún no los activa, lo que ha permitido que los narcotraficantes tengan una presencia cada vez mayor en el país. La captura de miembros de una organización internacional en Paraguay es solo una muestra de la magnitud del problema. La población boliviana merece vivir en un país libre del narcotráfico y sus efectos negativos.