Dólar a $300: el pedido de cinco complejos exportadores de las economías regionales

Ajos, uvas, miel, té y limones son sectores que venden buena parte de su producción afuera e insisten que liquidar al tipo de cambio oficial los lleva a la “quiebra”

El reclamo de un “dólar fruta” de $355 “establecido a corto plazo” que hicieron los productores del
Alto Valle reactualizó el planteo que, en noviembre, hizo el propio ministro de Economía, Sergio
Massa. En ese entonces, adelantó que habría un dólar especial para las exportaciones en general de
las economías regionales, que estaría en marcha entre el 20 de noviembre y el 30 de diciembre.
Productores e industriales de cinco complejos plantearon que para ser competitivos requieren un
dólar para exportar de, al menos, $300.
Los productores que, en general, no son los exportadores directos, reclaman un dólar más alto pero
también piden que derrame hacia ellos. Las economías regionales son de mano de obra intensiva,
por lo que ese costo se lleva en promedio alrededor del 60% de lo que reciben. Advierten que si la
situación se extienden van hacia el “quebranto”. Estos son los casos:
Ajo
El 80% de la producción argentina se exporta; 5% es para consumo en el mercado interno y 15%
para semillas. Juan José de Marchi, productor mendocino, señala que “se pararon todos los
negocios; las empresas están frenadas” porque con el dólar “deprimido” están trabajando “a quiebra
totalmente”. Por los problemas económico-financieros y los climáticos, la producción de Mendoza
este año caerá alrededor del 50%. “Hay suba de la energía, inflación en dólares y en pesos, y
nuestros insumos en dólares se incrementaron alrededor de 60% en un año. No tenemos retenciones
pero sí precios referenciales para tributar y estamos vendiendo por debajo de los costos para poder
seguir”, describe. Para Marchi el dólar de exportación debería estar “como mínimo en $300″.
“Liquidamos a $168 y apenas alcanza para cubrir el banco”, se lamenta.
Limones
Los productores de limones señalan que el último año de rentabilidad fue el 2019; desde entonces,
diversos factores fueron confluyendo: con la pandemia se triplicaron los precios de los fletes
internacionales; subieron en dólares algunos insumos como los fertilizantes; la producción mundial
se duplicó en 20 años y la demanda es inelástica, y hay sequía y hubo heladas inesperadas.
José Carbonell, presidente de la Federación Argentina del Citrus, apunta que este año -faltan 70 días
para la cosecha- hay menos stock de jugos y aceites y algunos insumos bajaron pero aun así están
en promedio 50% arriba de la pre pandemia. “El dólar de exportación es risible, afecta a la
competitividad”, dice. “No solo los limones, el conjunto de la economía necesita un dólar a $300.
No pidamos actividades que requieran de insumos importados y querramos exportar más de
US$100.000 millones al año cuando competimos con países con mano de obra más barata, fletes
más cortos, menos impuestos y un dólar real, como es el caso nuestro con Sudáfrica”.
Uvas
El 80% del vino que se produce en la Argentina es para consumo interno; a pesar de la potencia del
país en la industria, las exportaciones se concentran en la gama más alta mientras que la base de la
pirámide está dominada por otros jugadores ya que hay problemas de competitividad. “El resto sale
a la cancha con mochilas más livianas”, grafica Diego Stortini, bodeguero y expresidente de la
Cámara de Agricultura de Tunuyán (Mendoza).
En esa provincia, este año, por la helada tardía y la sequía la cosecha estará alrededor de 40%
debajo del promedio (en Valle de Uco, 50%). “Si los precios obedecieran a una producción normal
de uvas para Malbec en el Valle de Uco, los productores deberíamos estar cobrando entre $210 y
$230 el kilo corregido por la inflación, pero por el volumen a la baja se necesitarían $300″, indica
Stortini.
Reconoce que es “imposible” cargarle ese costo al precio de una botella de exportación porque,

“más corchos, etiquetas y logística” saldría del país a unos US$4, precio con el que no se puede
competir. “Hay incertidumbre respecto de hasta dónde va a resistir la industria que se le traslade el
costo de la escasez”, advierte.

La Argentina produce entre 65 millones y 70 millones de kilos de té seco -aunque se llegó a picos
de 80 millones kilos; por cuestiones climáticas y chacareros que dejaron la actividad-, de esa
cantidad se exporta en promedio 92%, la mayor parte a Estados Unidos.
“El dólar oficial claramente no sirve”, dice Cristian Ezequiel Klingbeil, representante de los
productores de té en la Mesa Provincial. “Venimos planteando hace meses que los diez centavos de
dólar por kilo de brote que cobra históricamente el productor no alcanza; sería otra cosa si fuera a
dólar tarjeta, por ejemplo”, añade.
Klingbeil, quien es también presidente de la Asociación de Productores Agropecuarios de Misiones,
explica que en los últimos diez años, 20% de chacareros dejaron el té (que este año cumple 100 en
la Argentina) por falta de rentabilidad. Admite que aunque la suba de insumos importados, “se
frenó algo”, no les da respiro el incremento del combustible por las distancias a los puertos. Hasta
ahora el kilo de brote de té se paga $17,50; entiende que debería estar por lo menos “al doble”.