
En una jornada vibrante, con una gigantesca disparidad de precios, los negocios financieros
comenzaron ayer con algunos signos de euforia y terminaron con otro clima muy diferente, podría
decirse bastante más depresivo. El detonante principal ocurrió a nivel local, con el ministro Sergio
Massa realizando muy temprano un anuncio que pretendió ser un bazuca para aplastar la corrida
cambiaria: anunció que el Estado saldrá a recomprar deuda por US$ 1.000 millones. Eso movilizó a
inversores inexpertos, pero los operadores más conocedores del paño entendieron de inmediato que
eso que Massa vendía como gran novedad ya se está haciendo desde hace rato. De ahí que la
movida del ministro tuvo un fuerte impacto inicial pero se fue apagando con el correr de las horas.
La lectura que hicieron los analistas fue similar en casi todas las consultoras: "como viene haciendo
desde que asumió, la estrategia del ministro es impactar con medidas que parecen cosas notables,
pero que cuando se analizan en profundidad no generan la expectativa que se buscaba, sino que se
siente con más zaraza, más humo, y en vez de generar confianza, que es lo que tiene que hacer,
termina provocando más desaliento".
Las razones de una decisión
La movida de Massa no fue casual. Los dólares libres estaban corriendo con una velocidad tan
vertical que empezaba a romper su esquema de precios justos, incluso con el garrote de los
camioneros y los movimientos sociales como un Estado Paralelo. Y el ministro en parte logró su
cometido: logró frenar apenas a los dólares blue y MEP, bajaron fuerte los dólares fuga (CCL y
Senebi). Hubo una gran suba de arranque para los bonos, que se fue apagando de a poco. Y lo más
inesperado de todo: generó un gran desaliento en los inversores, tanto que provocó un derrumbe del
10% en la Bolsa de Buenos Aires y una caída en bloque en los ADR argentinos que cotizan en
Nueva York.
En la apertura Massa dijo que saldría a comprar US$ 1.000 millones en bonos en el mercado. Nadie
entendió bien de dónde sacaría esos fondos ya que el Tesoro no tiene ese dinero. En principio se
pensó que colocaría un papel intransferible en el BCRA, que la autoridad monetaria (que casi no
tiene dólares líquidos) le pasaría esos fondos. Y al final del día, después de tanta alharaca se
anunció oficialmente que se recompraron bonos por US$ 65 millones, y no se llegó a entender si ese
dinero surgiría de una Repo (activo con pacto de recompra) en los bancos o si negociaría un nuevo
crédito con organismos internacionales.
La cuestión es que el mensaje de Massa, que ya estaba grabado, se difundió antes de que abriera el
mercado, y desde la apertura muchos inversores con poca experiencia se lanzaron a comprar
haciendo que los precios subieran hasta 8%, por lo que el riesgo país se agachaba hasta 1.700
puntos, pero luego se fueron apagando los pedidos hasta terminar igualmente con un buen 4%
arriba, por lo que el riesgo país finalmente cedió 94 unidades contra el cierre del martes, hasta 1.787
puntos básicos, el menor nivel desde el 28 de abril pasado.
Una nueva colocación de Massa
Todo este anuncio tempranero, terminó el día con el resultado de la nueva licitación de deuda que
realizó ayer Massa. Necesita captar casi $400.000 millones en bonos en pesos que estaban en manos
privadas, en un estado de alerta por fuerte indexación exponencial de los bonos duales, y con un
mal ambiente porque casi todo lo que vence está en manos privadas, que quieren cobrar e irse
rápidamente del peso, porque pierde valor minuto a minuto. Así, Massa salió a colocar Lelites,
Ledes, Lecer, una Letra dollar linked, un bono dollar linked y un Bonte, el único que vence fuera de
este mandato.
Finalmente, pagando una tasa de interés de hasta 86,69% anual, y con 1.579 ofertas (1.472 por
bonos estrictamente en pesos y 100 ofertas en bonos dollar linked) el Tesoro logró captar $416.456
millones, más de lo que necesitaba. El 38% del dinero captado fue en una letra del Tesoro nacional
en pesos a descuento con vencimiento 28 de abril de 2023 (s28a3 -reapertura). El 18% en una letra
del Tesoro nacional en pesos a descuento con vencimiento 31 de mayo de 2023 (s31y3 -reapertura).
El 16% en una letra del Tesoro nacional vinculada al dólar estadounidense con vencimiento 31
octubre de 2023 (nueva). El 14% en una letra de liquidez del Tesoro nacional en pesos a descuento
con vencimiento 17 de febrero de 2023 (nueva). El 8% en un bono del Tesoro nacional en pesos a
tasa Badlar privada por 0,70 con vencimiento 23 de noviembre de 2027 (tb27p – reapertura). El 4%
en una letra del Tesoro nacional en pesos ajustada por CER a descuento con vencimiento 19 de
mayo de 2023 (x19y3 -reapertura). Y el 1% restante en un bono del Tesoro nacional vinculado al
dólar estadounidense vencimiento 28 de abril de 2023 (t3v3d – reapertura). O sea, solo el 8% de lo
captado lo pagará el gobierno que viene. El 16% después de la elección presidencial de octubre. Y
el 76% restante sigue recolocándose en plazos cortos, muy pendientes de lo que pasará en las
PASO de agosto.