Jóvenes que denuncian agresiones físicas y psicológicas por parte de la Policía

Afirman que solo asistieron al Cristo Redentor para ayudar con leche, vinagre y otros implementos a quienes se estaban enfrentando a los uniformados.

Un grupo de chicas denunció haber sido víctimas de agresiones físicas y psicológicas por la Policía, tras ser arrestadas la madrugada del pasado 1 de enero. Ellas afirman haber asistido hasta El Cristo Redentor para ayudar a quienes estaban siendo afectados por los gases lacrimógenos, pero terminaron detenidas en el Comando Departamental.

Los moretones en algunas partes de su cuerpo todavía se pueden ver, pero no han acudido ni lo harán a la Policía a denunciar el hecho. «Sería en vano, a quiénes vamos a acusar», afirman las jóvenes

«Fueron las horas más largas de mi vida. Me insultaron y golpearon como les dio la gana; nunca había sentido tanto miedo», así inicia el relato recogido por EL DEBER de una de las afectadas. Ambas jóvenes acudieron a la zona de El Cristo Redentor con algo de leche y vinagre para socorrer a los afectados con los gases lacrimógenos.

«Habían convocado para la medianoche a una vigilia, luego se supo que hubo represión policial con uso de agentes químicos. Después, de la nada, los policías se replegaron, eso hizo que la gente se acerque aún más al Comando y en cuestión de minutos, como si se tratara de una emboscada salieron todos a ‘cazar’ a personas», refiere una de las jóvenes.

Asimismo contó que ella y sus amigas corrieron hasta cerca del atrio papal. «Sabíamos que nos encontrarían, pero por lo menos estábamos resguardadas de los petardos, gases y objetos que se lanzaban», aseguró.

Tal y como se temían, cuando eran aproximadamente las 02:00 las jóvenes fueron capturadas por efectivos policiales. «Los que nos agarraron eran hombres y comenzaron a gritar: ‘son féminas’. En ese momento pensé que íbamos a tener un mejor trato, pero en su lugar vinieron policías mujeres, nos agarraron, nos golpearon e insultaron de la peor manera», afirmó.

El testimonio sigue narrando los hechos vividos por este grupo de jóvenes. Mostraron a los policías que solo tenían su celular, leche y algo de vinagre en las manos, no tenían armas ni objetos contundentes. Pero desde que las uniformadas las tomaron, les jalaron el cabello, las golpearon en el rostro, las piernas, los brazos, desde el altar papal hasta que llegaron al Comando. «Es más, les pedían a sus camaradas que nos patearan. ‘Ahora pues, dónde está su Camacho. Para qué vienen», serían los gritos que escuchaban las jóvenes durante su arresto.