Las tres grandes derrotas qué sufrió Rusia en la guerra de Ucrania

Kiev, Kharkiv, y ahora Kherson, muestran el fracaso de las tropas del Kremlin en un combate que se creía que iba a durar unos pocos días

Desde el inicio de la ocupación rusa sobre Ucrania el pasado 24 de febrero, muchas cuestiones no salieron como se calculaba en el avance de la gran súper potencia militar sobre un país que, aunque contó con el apoyo de la OTAN, desde un primer momento ofreció una resistencia inesperada para un conflicto que se creía que iba a durar unos pocos días.

 

La lucha por Kiev

Uno de los objetivos enunciados por Vladimir Putin el 24 de febrero incluía la “desnazificación” de Ucrania y para eso era fundamental la toma de Kiev, la capital, y el eventual derrocamiento del gobierno de Volodimir Zelensky.

En la primera mañana de la guerra, los helicópteros de asalto rusos Mi-8 volaron hacia el sur hacia Kiev en una misión para atacar el aeródromo de Hostomel en las afueras del noroeste de la capital. También enviaron lo mejor de las fuerzas especiales “spetsnaz” de Rusia, para asaltar y apoderarse de ese aeródromo apenas defendido. Al proponerse capturar el aeródromo, también conocido como aeropuerto Antonov, los rusos planeaban establecer una base desde la cual volar más tropas y vehículos blindados ligeros a una corta distancia del corazón de la ciudad más grande de la nación.

Los rusos hicieron pequeñas escaramuzas sin éxito en el corazón de Kiev, y más tarde intentaron rodear la capital a un gran costo extendiéndose más hacia el oeste. Pero los ucranianos se mantuvieron firmes y contraatacaron, paralizando a los rusos, y pusieron en uso efectivo una amplia gama de armas occidentales, incluidas las antitanque portátiles Javelin, los misiles antiaéreos Stinger disparados desde el hombro y muchos más.

Finalmente, luego de un mes de combates, las tropas del Kremlin abandonaron el aeródromo de Hostomel como parte de una retirada masiva hacia Bielorrusia y Rusia.

 

La batalla por Kharkiv

Junto con Kiev, Kharkiv, la segunda ciudad más poblada en Ucrania (1,5 millones de habitantes), a solo 30 kilómetros de la frontera con Rusia, fue uno de los principales objetivos de Moscú apenas iniciada la ocupación el 24 de febrero.

Pero, nuevamente, en el combate urbano los rusos se vieron trabados por la resistencia de los locales. Y las fuerzas de Ucrania destruyeron sistemáticamente los vehículos rusos que intentaban acercarse a la ciudad. Los ataques con misiles mataron decenas de civiles y destruyeron edificios de viviendas, pero no les permitieron a Moscú hacerse con el control de Kharkiv.

La estrategia bélica rusa se volcó también a atacar la infraestructura urbana para forzar la salida de civiles. El 27 de febrero destruyeron el gasoducto que aprovisiona a la ciudad y al día siguiente las subestaciones eléctricas, lo que provocó que algunas áreas de la ciudad quedaran desconectadas de la electricidad, la calefacción y el agua.

 

 

Kherson, una nueva derrota

La región de Kherson tenía antes de la guerra 290.000 habitantes, pero reviste una importancia estratégica por ser fronteriza con la península de Crimea, anexionada por Rusia en 2014.

La misma noche del 24 de febrero las fuerzas rusas intentaron capturarla para asegurar el puente Antonovskiy, que daría a los rusos un cruce estratégico sobre el río Dnieper y hacia la importante ciudad de cruce de Mykolaiv.

Las grandes batallas de Kherson se desarrollaron en torno de ese puente.

Finalmente, el 3 de marzo la ciudad fue definitivamente tomada por tropas rusas. Se hizo el acuerdo con el alcalde de la ciudad de que los locales aceptarían el control ruso a cambio de que la bandera ucraniana continuase ondeando allí.

Pero el control total ruso duró apenas un mes, y luego comenzó la contraofensiva ucraniana.

A fines de septiembre, Moscú intentó incrementar su control sobre la región, primero convocando a un referéndum y luego declarando la anexión de Kherson, junto a los distritos de Lugansk, Donetsk y Zaporiyia.

Cuando en septiembre la contraofensiva ucraniana se hizo más intensa, Moscú ordenó la evacuación de más de 100.000 civiles de la zona, un un operativo denunciado por las autoridades ucranianas como una “deportación”. La estrategia apuntaba a poder contar con una zona liberada de civiles para una mejor ofensiva militar del Kremlin.