La Guardia Costera sueca identificó un segundo orificio en las tuberías en la zona económica exclusiva de Estocolmo, esta vez probablemente en el gasoducto número 2 -aquel que jamás entro en funciones por la escalada en Ucrania-, que se agrega a las dos ya señaladas por Dinamarca frente a la isla de Bornholm, también esas distribuidas en ambos conductos.
En tanto, la emergencia puso en alerta a la OTAN. «El daño de los gasoductos suscita profunda preocupación: todas las informaciones actualmente disponibles indican que se trata del resultado de actos de sabotaje deliberados, irreflexivos e irresponsables», señaló el Consejo Atlántico en una nota suscrita también por Suecia y Finlandia, aliados entrantes.
La OTAN se dijo lista para «responder unida y con determinación a cualquier ataque deliberado contra las infraestructuras críticas de los aliados». En tanto, crece además la alerta de la UE, que se prepara para «trabajar con los estados miembros para realizar una serie de pruebas de resistencia en las infraestructuras críticas de la Unión Europea, incluidas las energéticas».
Según los medios suecos, los riesgos ligados al Nord Stream fueron ya puestos en evidencia en 2007 en un informe por cuenta del ministerio de Defensa de Estocolmo realizado por expertos de la Swedish Defence Research Agency, pero la alarma fue ignorada.
El dedo de Occidente sigue estando más o menos explícitamente apuntado hacia Moscú que, sin embargo, continúa negando las acusaciones. En una conversación telefónica con Recep Tayyip Erdogan, Vladimir Putin denunció un «acto de terrorismo internacional».
Las reconstrucciones acerca de la presencia de naves rusas en la zona de las explosiones sospechosas «son noticias distorsionadas, fueron vistas muchas tropas de la Alianza en el área», replicó Moscú, y subrayó que las explosiones ocurrieron en la zona económica exclusiva de Dinamarca y Suecia, «países alineados con la OTAN que están repletos de armas de fabricación estadounidense y que son completamente controlados por los servicios especiales norteamericanos».
En espera de posibles desarrollos de las indagaciones, el Kremlin advierte que los daños al Nord Stream podrían ser irreparables, como ya sugirieron los servicios alemanes. «Es una cuestión técnica, no estamos en grado de responder», explicó el vocero Dmitry Peskov.
«Hasta la finalización de la evaluación de los daños, es imposible prever los tiempos de reparación de la infraestructura del transporte de gas», avisó, por su parte, el consorcio que maneja el gasoducto, y explicó que «el ingreso en el área de los incidentes puede ser permitido solo después de que la presión en el gasoducto sea estabilizada y la fuga de gas detenida».
