Cristina Kirchner cierra los alegatos en el juicio por Vialidad

La ex Presidenta tiene previsto volver a defenderse este viernes después de su abogado Carlos Beraldi.

Concentrada en la necesidad de desarmar los argumentos de la Fiscalía, y muy pendiente de los avances de la causa en la que se investiga cómo y quiénes estuvieron detrás del intento de asesinato, Cristina Kirchner volverá a hablar hoy viernes a media mañana en el cierre de los alegatos de la defensa en el marco del denominado juicio por Vialidad sin ninguna movilización callejera de respaldo. (Pag.3)

Esa fue, según trascendió, la orden que bajó desde el núcleo duro del kirchnerismo de cara a la presentación de este viernes de la ex Presidenta, que antecedió durante toda la semana con una serie de tuits en los que intercaló algunas de las pruebas que exhibió el penalista Carlos Beraldi para contrarrestar los alegatos de la Fiscalía.

El hermetismo con el que se manejó históricamente la Vicepresidenta suele dificultar el acceso a sus estrategias. Pero cuando tome la palabra desde el Senado, después de Beraldi, la ex Presidenta seguirá la misma línea que desplegó estos días en las redes, resumida en el siguiente slogan: «Que Luciani y Mola mintieron descaradamente».

Lo cierto es que, en las últimas semanas, y después de que Fernando Sabag Montiel y la tristemente célebre «banda de los copitos» intentaran asesinar a la Vicepresidenta en la puerta de su departamento de Juncal y Uruguay, la noche del jueves 1 de septiembre, el operativo clamor desatado en torno a Cristina Kirchner se desinfló. Y el «estado de alerta y movilización» del PJ y del kirchnerismo inaugurado tras el pedido de cárcel de la Justicia quedó por el momento congelado.

Fue Pablo Moyano, en ese sentido, el que, como publicó este martes este diario, dejó al descubierto la nueva realidad del Frente de Todos cuando avisó a sus colegas de la CGT que no movilizaría el viernes en respaldo de la ex Presidenta. Tampoco La Cámpora: en la agrupación liderada por Máximo Kirchner aseguran que nunca estuvo definida esa decisión.

Es que tanto Cristina como su hijo todavía están movilizados por el intento de asesinato de la Vicepresidenta y por las novedades que surgen a diario en torno a la causa que tramita la jueza María Eugenia Capuchetti. La información que circula en el kirchnerismo inquieta cada vez más puertas adentro: están convencidos de que hay algo más profundo y oscuro detrás de la «banda de los copitos».

Dan cuenta, por ejemplo, no solo de la actuación de la Policía Federal, que a pesar de la cerrada defensa del ministro Aníbal Fernández sigue bajo la lupa. Si no también de la posible intervención de algún sector de los servicios de inteligencia.

Máximo Kirchner es uno de los más inquietos. El martes, en el almuerzo organizado por Martín Insaurralde junto a un grupo de intendentes y funcionarios, al presidente del PJ bonaerense todavía lo vieron «golpeado» por el ataque a su madre: así lo resumió uno de los comensales que se acercó hasta Lomas de Zamora.

Hasta el atentado, el kirchnerismo había desplegado simultáneas movilizaciones en torno a la figura de Cristina Kirchner, y la esquina de Juncal y Uruguay se había transformado, según Andrés «El Cuervo» Larroque, en un santuario.

Después del magnicidio frustrado, el oficialismo se recluyó. La propia Cristina Kirchner, en su reaparición junto a un grupo de curas villeros, desalentó el operativo clamor: «Ya fui presidenta dos veces y no son las cosas que me seducen», dijo en el Senado, con la voz quebrada de a ratos.

No son pocos los que, en las últimas semanas, empezaron a deslizar la posibilidad de que la Vicepresidenta no se planteé ahora postularse a ningún cargo. Es más: están los que aventuran que no le hace ninguna gracia aferrarse a los fueros permanentes. Y los que dan cuenta de que, además, le preocupa, y mucho, la salud de su hija Florencia.

Lo que sigue en pie, sin embargo, es el plan original surgido tras el pedido de condena del fiscal Luciani de montar un gran acto el próximo 17 de octubre, una fecha cara para el peronismo, con la ex Presidenta como única figura. Según trascendió, hay conversaciones cruzadas entre el sindicalismo y el kirchnerismo por el lugar y la modalidad. Se menciona como posible escenario un estadio de fútbol.