Los medios occidentales presentan los eventos cerca de Kharkiv como una derrota absoluta de las fuerzas rusas, y otras fuentes advierten que es poco lo que se puede verificar, también en medio de la pregunta de si Ucrania puede realmente mantener y controlar permanentemente el territorio recuperado.
El propio ministro de defensa de Ucrania, Oleksii Reznikov, admitió en un informe del Financial Times que una de las principales preocupaciones sigue siendo la capacidad de aferrarse al territorio en medio de municiones y suministros rusos superiores. “Una contraofensiva libera territorio y después hay que controlarlo y estar listo para defenderlo”, dijo.
El presidente ucraniano Zelensky afirmó que «Desde principios de septiembre hasta hoy, nuestros guerreros ya han liberado más de 6.000 kilómetros cuadrados del territorio de Ucrania, en el este y el sur». Anunció con orgullo que “Continúa el movimiento de nuestras tropas”.
Si bien no se pudo verificar el éxito militar, Rusia reconoció que ha retirado tropas de áreas en la región nororiental de Kharkiv en los últimos días.
Abundaron los informes de caos cuando las tropas rusas se retiraron, así como afirmaciones de que se estaban rindiendo en masa. Los funcionarios de Ucrania han dicho que han capturado a tantos soldados que están luchando por albergarlos.
En medio de los informes no verificables, pero que parecen tener evidencia en video, Ucrania todavía está realizando algunas operaciones de ataque dentro de la región de Crimea controlada por Rusia y posiblemente incluso en Rusia propiamente dicha.
Algunos funcionarios ucranianos continúan hablando de la «liberación» de Crimea, incluso cuando se dan cuenta de que se necesitará mucha más artillería y equipo pesado si se espera mantener la presión contraofensiva.
Después de una serie de ataques rusos contra la infraestructura clave de la ciudad de Kharkiv, que es la segunda ciudad más grande de Ucrania, se reportó que gran parte del área de la ciudad sufre el corte de energía eléctrica
Por su parte Kiev acusó al Kremlin de una campaña «terrorista» activa de castigo tras la retirada del ejército ruso.
Mientras tanto, fuentes de inteligencia británicas evaluaron que el 1er Ejército de Tanques de la Guardia de Rusia ha sido «gravemente dañado» durante los últimos siete meses de invasión, y que «la fuerza convencional de Rusia diseñada para contrarrestar a la OTAN está gravemente debilitada». Rusia probablemente tardará años en reconstruir esta capacidad».
