UNCuyo desarrolla un lanzador de combustible sólido para satélites

Investigadores de la Facultad de Ciencias Aplicadas a la Industria de la Universidad Nacional de Cuyo (FCAI-UNCuyo) trabajan en el desarrollo de un lanzador propulsado por combustible sólido capaz de inyectar en órbitas bajas pico y nanosatélites.

El Proyecto Universitario de Lanzadores Espaciales (PULE) retoma las experiencias argentinas del desarrollo de cohetes de combustible sólido que tiene entre sus hitos más recientes el Gradicom II, un vector de dos etapas desarrollado por el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas para la Defensa (Citedef) que fue lanzado el 11 de julio de 2011 desde la base aérea de Chamical en la provincia de La Rioja.

El equipo detrás del PULE trabaja en un primer vehículo multietapa impulsado por combustible sólido y de unos diez metros de alto, que sea capaz que inyectar cargas útiles de hasta cuatro kilos en órbitas de 100 kilómetros de altura y que pueda despegar desde bases terrestres, plataformas en mar o ser desplegado desde otra aeronave.

Ezequiel Pawelko, Ingeniero en Telecomunicaciones, Investigador de FCAI-UNCuyo e integrante del Grupo Asesor para el Desarrollo de Tecnologías Aeroespaciales (GTA), afirmó en diálogo con Télam que «esta iniciativa nace en GTA que es un espacio en el que veníamos trabajando en desarrollos para investigación en la alta atmósfera como el diseño de planeadores que puedan aprovechar las ondas de gravedad que se registran en la cordillera de Los Andes para que se conviertan en vehículos estratosféricos no orbitales que puedan cumplir algunas funciones satelitales».

«Desde el GTA también veníamos trabajando mucho en el desarrollo de vehículos aéreos no tripulados y bengalas químicas para la lucha antigranizo, que es un fenómeno que en Mendoza afecta mucho las cosechas y la vida de las personas», recordó.

Pawelko destacó que «dentro del proyecto PULE hay personas que trabajaron en distintos proyectos de acceso al espacio y cohetería que se desarrollaron durante varias décadas en Argentina».

El especialista consideró que «aunque la publicidad la concentraron los esfuerzos de Estados Unidos y la Unión Soviética en la carrera por llegar a la Luna, nuestro país fue uno de los primeros en colocar seres vivos en órbita o en lanzar cohetes desde la Antártida».

«Todos esos proyectos con el tiempo se fueron discontinuando y a través de PULE lo que queremos es retomar el acceso rápido y eficiente al espacio en una iniciativa que busca lograr la transferencia de ese conocimiento a las nuevas generaciones a través del desarrollo tecnológico necesario para poner en órbitas bajas picosatélites y nanosatélites como los que vienen desarrollando diversas universidades argentinas», agregó.

El PULE es un proyecto de innovación abierta en el que están convocadas a participar otras universidades, empresas tecnológicas y otros organismos públicos; venimos trabajando con los ministerios de Ciencia y de Defensa en distintos aspectos del desarrollo y la financiación.

En este momento, el PULE está trabajando con el Ministerio de Desarrollo Productivo para abrir el segmento de acceso al espacio para otros emprendimientos e impulsar a nivel local el segmento de la industria satelital de órbitas bajas, el que más viene creciendo a nivel global.