La increíble “Ruta del Adobe” de Catamarca

Te contamos un recorrido fundamental de la provincia, con paisajes únicos y sorprendentes unidos por construcciones de adobe que resisten el paso del tiempo.

Hay una Catamarca que todos deberíamos conocer: paisajes que parecen sacados de otro planeta, rutas escenográficas para hacer road trips, piletas naturales y calientes en la montaña, volcanes entre dunas de arena y valles.

Una provincia que tiene mucho potencial para descubrir. Te recomendamos emprender este viaje en otoño o primavera, que es cuando el clima es más ameno y agradable. Esta nota va, especialmente, dedicada a esa ruta donde el adobe es la estrella principal.

La “Ruta del Adobe” es un tramo de la espectacular ruta nacional 60. Durante unos 50 kilómetros que separan a Tinogasta de Fiambalá, historia y arquitectura hacen sinergia creando un camino catamarqueño imperdible.

La idea es que empieces este tour rutero con mate en mano, nueces confitadas rellenas de dulce de leche –algo muy típico de la provincia- y la playlist en Spotify de la reconocida banda folklórica catamarqueña “Carafea” a todo volumen.

En el camino verás muchas construcciones de adobe, como capillas, casonas y oratorios, algunas con 300 años de antigüedad. Este material rojizo se hacía en aquella época con arcilla y greda, una tierra que sale de la orilla de los ríos, se le agregaba paja y agua y se secaba al sol.

La ventaja, en estas tierras áridas y calurosas, es que el adobe es un aislante térmico, que naturalmente ventila por dentro trayendo bocanadas de aire “acondicionado” cuando afuera pueden marcar unos 40 grados.

Todo comienza en Tinogasta, una ciudad a las orillas del río Abaucán y a 276 kilómetros de la capital, San Fernando del Valle de Catamarca. Su nombre significa en lengua cacán “junta o reunión de los pueblos”. Acá ya comienza al recorrido por el Hotel de Adobe Casagrande, una casona tradicional del año 1897 que hasta hoy se mantiene de pie.