La conducción de la CGT espera la confirmación de un encuentro cara a cara con Sergio Massa en su nuevo rol de superministro de Economía, Producción y Agricultura para esta misma semana. Y tiene definido el reclamo que llevará a ese encuentro: un pedido concreto para que ratifique la vigencia de las paritarias como mecanismo de actualización de los salarios y desestime la alternativa de aplicar un esquema de aumento de suma fija que, según los sindicalistas, es motorizado por la vicepresidenta Cristina Kirchner.
La preocupación cegetista por el tema fue eje de la reunión que cinco dirigentes de la entidad sindical mantuvieron en la tarde de este martes con el jefe de Gabinete, Juan Manzur, en su despacho de la Casa Rosada, confiaron fuentes gubernamentales y dos de los dirigentes sindicales que participaron de la reunión.
Los gremialistas expusieron en ese marco su abierto rechazo a una eventual medida por la cual el Gobierno disponga el pago de una suma fija a todos los trabajadores y apuntaron la necesidad de que se garantice el instrumento de la negociación colectiva para aumentar los salarios de forma de compensar la escalada de la inflación.
En la CGT atribuyen directamente a Cristina la idea de impulsar por decreto un incremento bajo el esquema de suma fija. En ese sentido mencionaron los comentarios formulados por el titular de la CTA y uno de los dirigentes sindicales más cercano a la Vicepresidenta, Hugo Yasky, quien insistió con el mismo reclamo en los últimos días. Y recordaron que, incluso, la ex presidenta había planteado la alternativa en el discurso que pronunció en el acto en Ensenada, el mismo día de la renuncia de Martín Guzmán.
Esa preocupación alimenta la expectativa sindical de cara a un inminente encuentro con Massa tras su asunción. «No creo que vaya a tomar una determinación así sin hablar con nosotros antes», afirmó uno de los jefes de la central obrera. No obstante, admitieron que desconocen el paquete de medidas que el nuevo superministro prometió anunciar este miércoles tras asumir sus nuevas funciones.
Del despacho de Manzur los gremialistas se fueron sin llevarse lo que habían ido a buscar: No lograron ni un adelanto de las medidas ni tampoco certezas sobre sus reclamos respecto al futuro de las paritarias y el reparto del fondos de las obras sociales que administran sus sindicatos. El jefe de Gabinete tampoco logró convencerlos de la conveniencia de que la central obrera baje de una vez la movilización convocada para el 17 de agosto.
