Contrabandistas pagan sobornos y tarifas a policías

En la ruta Charaña-Viacha los contrabandistas tienen pines para pasar sin controles. En la vía Pisiga-Oruro hay tarifario

Los choferes de los camiones tienen un código que solo deben transmitirlo a los funcionarios militares y policiales que están a cargos de las trancas para que puedan pasar sin ningún tipo de control. Esos motorizados están cargados de contrabando, generalmente de artefactos eléctricos de primera gama y que son codiciados en las capitales del país. Ese sistema todavía sigue vigente, a pesar de que hace dos años se hizo una investigación para erradicar el método de códigos.

Los contrabandistas saben que nadie les impedirá el paso porque tienen en sus manos un número -que llega a costar hasta 2.000 dólares por camión- que algunos efectivos policiales y militares les vendieron para pasar los puestos de control.

Ese sistema todavía se emplea en el lado de la frontera cercana al municipio de Charaña, en La Paz. Esta localidad está cerca de la triple frontera entre Bolivia, Chile y Perú. Los camiones llegan generalmente a la comunidad de Visviri, en el lado chileno, y de ahí pasan a suelo boliviano empleando los códigos en cada tranca.

La mercancía llega a Charaña y se descarga en galpones acondicionados. Los camiones que llegaron a la zona tienen la placa chilena y desde ese municipio los motorizados bolivianos llevarán la carga hasta la ciudad de El Alto, pasando por diferentes trancas. En cada puesto de control, los policías saben del código que el chofer debe decirles. Cuando coinciden, los camiones pasan sin control.

En marzo de este año llegó una denuncia al Viceministerio de Lucha Contra el Contrabando pidiendo a la institución que llegue a la zona para interrumpir el paso de mercancía. La pobladora, en su escrito, relata que los camiones que llegan desde Chile pasan al lado boliviano desde las 21:00 “casi todos los días”. Por la noche, dice, logran traspasar cerca de 20 motorizados, hasta las 06.00 de la jornada siguiente.

(Los contrabandistas) tienen un pin, que es la autorización para el ingreso a la población de Charaña. Este pin cuesta desde 1.800 dólares por camión acoplado y por camión alzapata cobran 800 dólares al ingreso a Viacha (La Paz)”, dice parte de la denuncia.

El pago más alto es el de Challapata, localidad que volvió a convertirse en el núcleo del contrabando, sobre todo de vehículos indocumentados. En esa tranca las mafias pagan 2.500 bolivianos por camión. Una de las trancas con pago menor es la de Sevaruyo, localidad que está al medio de los municipios de Challapata y Uyuni. Los contrabandistas pueden llegar a pagar hasta 10.000 bolivianos por el paso sin control en cinco trancas que conectan la frontera con Chile y Oruro. La Policía hará la investigación para controlar las trancas.