La deuda con el FMI representa solo el 12% de la deuda total de Argentina

Para analizar el peso que tiene la deuda con el FMI en el total de los pasivos del Estado nacional, el sitio iProfesional consultó con el economista Ariel Coremberg

La firma del acuerdo entre el FMI y el Gobierno por el pago de la deuda con este organismo internacional concentra la atención de los analistas, pero al ver el «rojo» general que existe en las cuentas públicas, llama la atención y preocupa a muchos argentinos la baja incidencia que tiene la misma.

La deuda pública total de la administración nacional, a diciembre del año pasado, según informe oficial de la Secretaria de Finanzas del Ministerio de Economía, es de u$s363.000 millones, sin contar la deuda que tiene el Banco Central, ni las deudas provinciales y tampoco las contingentes.

Esto implica, en otras palabras, que los u$s45.000 millones que se le adeudan al FMI y que esté negociando el Gobierno representan solo 12% de los compromisos totales que tiene Argentina, tal como afirma a iProfesional Ariel Coremberg, economista y docente de universidades como UBA, UCEMA y UDESA.

Del monto global del pasivo estatal mencionado, «casi el 60% del total se encuentra en manos de los argentinos», agrega el experto, quien plantea que «los principales acreedores de la deuda pública son los argentinos, que, por distintas vías, voluntarias e involuntarias, le han prestado al Estado».

Y el 40% restante corresponde a deuda externa, o sea, se encuentra en manos de no residentes.

Es decir, si se suma el compromiso a saldar con el FMI (u$s45.000 millones o 12% del total) con las deudas públicas que se tienen con otros organismos internacionales, como el Club de París y el Banco Mundial, ahí se llega a un total de 18% de deuda externa. Y el resto corresponde a inversores y acreedores privados del extranjero.

-Lo que está en manos de los argentinos es una deuda de todo tipo: títulos en pesos y en dólares que pudieron haber comprado familias y empresas argentinas como decisión de inversión. Básicamente, hoy se va a todo lo que es títulos públicos y prestamos vía Leliq, y las antiguas Lebac, que son el respaldo de gran parte (70%) de los depósitos de los argentinos en el sistema bancario.

En resumen, cuando los argentinos hacen un depósito a plazo fijo o tienen una cuenta a la vista de los ahorros, el banco presta ese dinero al Estado, de forma directa o indirecta, a través de las Leliq. Otra parte importante de la deuda pública que tienen los argentinos en forma indirecta, e involuntariamente, es que los aportes personales que se restan del salario más las contribuciones patronales para las jubilaciones presentes y futuras, han sido destinados por la ANSES a préstamos al Estado, a través de otros títulos.

Entonces, se utilizaron los ahorros obligatorios de los argentinos a otros destinos que no fueron a las jubilaciones. Como reflexión, cuando se hace default de la deuda pública, hay que tomar que no sólo es deuda externa, sino que también se lo hace del ahorro voluntario de los argentinos.

-Toda deuda es importante a mi parecer y se las debe honrar, porque significa que se tiene la credibilidad y reputación suficiente como para poder renovar los préstamos, algo que Argentina no hace. Por eso, todas las deudas son importantes, no sólo la del FMI que es el 12% del total, sino el resto de la deuda pública, que gran parte es de todos los argentinos. O sea, se hace default sobre los ahorristas argentinos que han aportado su dinero para la seguridad social.

Lo que puede asegurar el cobro de la deuda es que los que tienen más poder de negociación son el Fondo Monetario y otros acreedores internacionales, porque tienen poder de lobby. En cambio, los jubilados, la clase media que pone sus ahorros en un plazo fijo y los asalariados que contribuyen con sus aportes, no tienen poder de lobby. Por eso, todo acreedor, incluso los argentinos, debería exigir al deudor, en este caso el Estado argentino, que cumpla en tiempo y forma con los pagos de los intereses y amortizaciones de la deuda, y que genere los ingresos suficientes (superávit fiscal) para poder pagarla.