En el Gobierno ya saben que la inflación de febrero será como mínimo igual a la de enero y muy probablemente superior. Es decir, el dato que informe el Indec el martes 15 de marzo a las cuatro de la tarde en punto es muy probable que sea 4%, como mínimo. Es el número que se está manejando en las consultoras. Y para colmo, ya se dice que marzo, mes que recién se inicia, vendría peor que febrero.
Ante ese escenario, el Banco Central se prepara para subir nuevamente las tasas de interés de política monetaria. Lo tiene casi decidido. Aunque esperará, tal como ocurrió el mes pasado, a conocer el número oficial de la inflación de febrero. A mediados e febrero, anunció la suba de 2,5 puntos porcentuales en la tasa que paga por las Leliq y la que los bancos les pagan a los ahorristas por los plazos fijos regulados por el BCRA. La tasa de Leliq saltó a 42,5% y por los plazo fijo los bancos pagan 41,5%. No se descarta otra suba de igual magnitud una vez se sepa la inflación de febrero.
En el Central resaltan que la tasa efectiva anual que pagan las Leliq es del 51,93%. Es una cifra que igual está debajo de las expectativas del mercado, que espera para este año una inflación del 55%, según informó ayer el propio Banco Central al difundir el relevamiento de expectativas de mercado (REM).
Como se sabe, el compromiso que asumió el gobierno en el acuerdo firmado con el Fondo Monetario es que la retribución que reciban los ahorristas -grandes o chicos, debe ser superior a la inflación esperada. De eso se tratan las tasas de interés positivas: que valga la pena ahorrar en pesos, o por lo menos que sea más conveniente que volcarse a la compra de dólares.
De ahí que en el Banco Central admiten que están con la lapicera en la mano para definir el retoque a la tasa de interés. En el organismo que conduce Miguel Pesce aceptan que la inflación de de febrero obviamente es un dato relevante «pero su nivel no implica directamente que subamos la tasa de interés”. Igual, conceden: “Veremos qué pasa con la inflación de febrero, aunque no es el único dato que miramos” El otro dato que estarían mirando, desde ya, es el dólar, en todas sus versiones. El oficial, se sabe, se devalúa a un ritmo un poco mayor desde noviembre, pero igual acumula atraso frente a la inflación.
Lo que llevó tranquilidad, por ahora, al Central es que los dólares paralelos vienen cayendo persistentemente desde fines de enero. Y la brecha, que llegó a ubicarse en el 115% ahora está debajo del 90%.
