Los equipos de rescate continuaban este sábado sacando cuerpos del barro tras los devastadores deslizamientos de tierra que provocaron las lluvias torrenciales en la ciudad brasileña de Petrópolis. El desastre dejó ya al menos 136 muertos, entre ellos 26 chicos.
En medio de una densa niebla, los socorristas buscan por quinto día cuerpos y eventuales sobrevivientes entre los escombros y el lodo.
Al mismo tiempo, los vecinos de esa «ciudad imperial» de Brasil seguían cavando con picos y baldes para intentar encontrar a las decenas de desaparecidos tras las peores lluvias desde 1932.
«Una imagen casi de guerra» e «intensa destrucción», describió el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien, recién llegado de su viaje a Rusia y Hungría, sobrevoló el viernes en helicóptero las zonas afectadas, acompañado por varios de sus ministros.
Las sirenas de alerta se oían hasta el viernes de forma intermitente en el Morro de la Oficina, uno de los lugares más afectados por el tremendo temporal que azota Petrópolis desde la noche del martes y destrozó parte del municipio, en la región serrana de Río de Janeiro.
En una parte de ese cerro, donde antes había viviendas, hoy se levanta una gigantesca montaña de barro y escombros sobre la que trabajan equipos de rescate y grupos de vecinos en busca de un halo de esperanza.