Este tipo de yacimiento requiere de explosiones en roca para extraer el mineral y, después, de importantes volúmenes de agua. El temor de los habitantes es que se produzcan alteraciones en la calidad del agua y en la disponibilidad.
Los yacimientos son dos: el de Vilisman (El Alto- Ancasti) y Santa Gertrudis (Ancasti); el primero cuenta con un mayor tamaño de espécimen de mineralización de litio, a la vez que puede haber también otro mineral, aunque no está definido.
Según datos oficiales de la Secretaría de Desarrollo Minero de Catamarca, ambos sectores tienen escaso desarrollo prospectivo, un avance de poca profundidad por lo que no se puede definir el volumen. Teresita Regalado, titular de esa dependencia, dijo que el área ya está concesionada; son unas cuatro propiedades por sectores en los dos departamentos.
En 2017 se realizaron exploraciones: “Se hicieron estudios exploratorios preliminares básicos y los resultados no son contundentes en cuanto a la presencia del mineral que conlleve a una futura producción. En la investigación se usó una técnica prospectiva preliminar y no se precisaron reservas, por lo que se debería intensificar la técnica”, indicó la funcionaria.
“No somos pueblos sacrificables; nunca hicimos una movilización, sino que trabajamos en concientización, pero hay temor de lo que pueda venir –relató Luciana Luna, asambleísta-. Llevamos tres años buscando información, pidiendo reuniones”.
Ninguno de los departamentos involucrados tienen ciudades importantes, se destacan algunas localidades como Anquincila o Villa El Alto, pero la mayoría de la población está dispersa en parajes y vive de la cría de animales y la siembra para autoconsumo. “Venimos impulsando la agroecología para un mercado diferente, el agua es crucial”, resumió Luna.
Los asambleístas cuestionan una audiencia pública que la gobernación realizó hace tres años y aseguran que así lo plantearon ante la Secretaría en un encuentro que tuvieron.
La extracción del litio en roca implica una metodología muy similar a la utilizada para extraer otros metales; es el modelo que se conoce como minería a cielo abierto. Catamarca tiene un antecedente complejo en minería, el de Bajo de La Alumbrera, la explotación de oro y cobre de 1400 hectáreas en la zona previa a la sierra del Aconquija que desecha material en un socavón de 500 metros de profundidad por 1700 de diámetro y un dique de cola donde se retienen los materiales sólidos descartados. Hay causas judiciales abiertas por presuntos daños ambientales.
Desde la gobernación enfatizaron que la minería es “política de Estado” por lo que hay una “interrelación constante entre Estado, comunidad y empresa”. La licencia social, en esa línea, es “uno de los ejes primordiales; contamos con mecanismos de participación ciudadana, reuniones técnicas informativas, monitoreo comunitarios, controles ambientales auditados y un programa de desarrollo de proveedores locales”. Los privados deben contratar al menos el 70% de mano de obra en Catamarca y comprar bienes y servicios a locales por igual porcentaje.