Tras sus dichos en Rusia sobre EE.UU., Alberto Fernández optó por evitar una escalada diplomática

En medio de las rispideces en Washington, Alberto Fernández se reunió con Cafiero y Argüello para analizar la relación con Estados Unidos.

En plena tensión con la Casa Blanca, Alberto Fernández almorzó con su canciller y mano derecha, Santiago Cafiero, y con el embajador en Estados Unidos, Jorge Argüello, quien se encuentra de visita en Buenos Aires. Con el acuerdo con el FMI bajo tratamiento en las oficinas del organismo internacional, los funcionarios analizaron la relación bilateral, diezmada a partir de las declaraciones del Presidente a Vladimir Putin durante su visita a Rusia días después de firmar el inicio de un pacto de refinanciamiento de la deuda externa.

Definieron que no se tomarán nuevas medidas para mejorar la relación; ni se pedirán reuniones ni se harán gestos específicos, sino que se buscará continuar con la “agenda positiva” preexistente en el vínculo bilateral. Consideran que “no hay información oficial” sobre la posición del gobierno de Joseph Biden respecto de la Argentina y optan por evitar una escalada en la tensión en la relación.

El encuentro tuvo lugar este mediodía en la Casa Rosada. Primero llegó Cafiero, almorzaron, y después se sumó Argüello, para el café, según detallaron fuentes oficiales a Infobae. En la agenda de trabajo se analizó la relación con Estados Unidos, considerada, aún, como “positiva”, a pesar de las críticas que emanaron desde el gobierno de Biden a raíz del encuentro bilateral del Presidente con Putin en el Kremlin.

Después de que Alberto Fernández disparara contra Estados Unidos en diálogo con Putin, la Casa Blanca expresó su malestar a través de declaraciones off the record.

Las palabras presidenciales sorprendieron y provocaron desilusión en la Casa Blanca, en el Departamento de Estado y en la Secretaría del Tesoro, que habían jugado a favor de Alberto Fernández para destrabar la negociación para renegociar el pago de la deuda de 44 mil millones de dólares que lideraba la titular del FMI, Kristalina Georgieva.

Sin embargo, en el Gobierno aseguraron que no recibieron ninguna carta ni mail formal de parte de la administración estadounidense. Tampoco comunicaciones verbales informales. “Nadie nos dijo nada y siendo así, no nos vemos en la necesidad de explicar lo que no se nos pregunta”, explicó un funcionario. Y agregaron que seguirán enfocados en la “agenda positiva” que, aseguraron, “se mantiene”.

“Seguiremos planteando que la dependencia que dejó el gobierno de (Mauricio) Macri es algo que no es positivo para la economía y que necesitamos encontrar otro tipo de fuente de financiamiento. Pero al no tener información oficial, no vemos que sea seguir dándole vueltas al tema”, insistieron.

“Lo que se le transmitió al embajador es que nos dediquemos a la agenda constructiva que ya existe, y trabajar sobre las inversiones de capitales americanos en la Argentina, porque necesitamos mejorar nuestra agenda exportable”, expresaron.