El impacto de la caída del Presupuesto 2022 en la deuda de las provincias con Cammesa

Las distribuidoras le pagan a la administradora del mercado mayorista alrededor de la mitad de lo que compran al mes y el resto lo pone el Estado; en el proyecto rechazado en Diputados se incluía nuevo esquema de cuotas

Uno de los efectos que tendrá para las provincias la no aprobación del presupuesto 2022 tiene que ver con la refinanciación de las deudas que las distribuidoras eléctricas tienen con Cammesa, la administradora del mercado mayorista de energía, ya que Sergio Massa, presidente de la Cámara de Diputados, había incluido en el proyecto un régimen de pago que por el momento no se podrá llevar a cabo.

En los acuerdos firmados por las distribuidoras este año no habrá modificaciones, no caen. Lo que sí se estipulaba en el proyecto que fracasó eran más plazos de pagos. Pero lo que preocupa a los expertos es que, si no hay corrección del atraso tarifario, la deuda se recrea. En tanto, otro artículo de la norma rechazada delegaba en el Ejecutivo la segmentación tarifaria.

Alejandro Eintoss, experto del Instituto Mosconi, señala a LA NACION que, salvo Edenor y Edesur, las otras distribuidoras del país vienen aumentando las tarifas, aunque en diferentes velocidades. Los usuarios del interior pagan, en promedio, entre 40% y 45% más que los del AMBA.

“Si no hay un aumento que reconozca a las distribuidoras la suba de costos, la deuda se recrea -dice-. El Gobierno tendrá que insistir, por fuera de la ley rechazada, en refinanciarlas, porque son impagables. Es probable que tengamos novedades en los próximos meses porque es una bola de nieve”.

Para graficar el impacto del atraso tarifario, Eintoss apunta que en los primeros nueve meses del año Edenor dio pérdidas por $13.000 millones y Edesur por $15.000 millones: “Operan a pérdida y no reciben subsidios; no acordaron refinanciar y, con esta inercia, no van a poder pagarla”.

El experto entiende que en la actual situación “no están los incentivos para pagar” la deuda. Menciona que el índice de cobrabilidad a nivel nacional es de 70% promedio. De hecho, plantea que hay distribuidoras que firmaron acuerdos de refinanciamiento y vuelven a deber.

Los fondos que Cammesa no cobra a las distribuidoras se los debe girar el Tesoro para que la administradora pueda pagar a las generadoras. La velocidad de regeneración de deuda es de entre $15.000 millones y $20.000 millones mensuales, ya que los expertos calculan que las distribuidoras pagan la mitad de lo que compran. Sobre esa base, al año, la deuda puede alcanzar $240.000 millones, aproximadamente 0,36 % del PIB de 2022