Alertan por estafas virtuales en Navidad

Desde falsas promociones de marcas reconocidas, a productos que nunca llegan y robo de cuentas para pedir dinero. Las claves para evitarlas.

Hay fechas que para muchas actividades significan un mayor volumen de ventas. Y para los estafadores, también son una oportunidad para salir a la caza de desprevenidos con más facilidad.

La Navidad concentra la mayoría de los factores de los que se aprovechan los ciberdelincuentes: hay una demanda masiva de productos de todos los rubros para regalar, campañas de marketing en medios y redes sociales, la búsqueda por la mejor oferta y el apuro por cerrar la compra antes de que llegue la fecha o el producto se agote.

Uno de los últimos casos que cobró repercusión en los últimos días fue el de la falsa promoción de Mercado Libre que circula por WhatsApp y que consiste en un mensaje que ofrece “2.000 productos gratis” con un link trucho. Al hacer clic en el enlace, las víctimas son conducidas a una encuesta con una imagen de una caja con el logo de la empresa y un gorro de Papá Noel. Pero lo que el usuario no sabe es que en ese momento el mensaje se está reenviando a sus contactos y que, al responder el cuestionario, está entregando sus datos personales a desconocidos.

Como el caso del falso mensaje de Mercado Libre, el phishing es una de las modalidades clásicas utilizadas por los delincuentes virtuales en esta fecha. Y hay otras dos de las que también hay que cuidarse: las estafas propiamente dichas cuando compramos un producto en la web y el robo de cuentas para pedirles un rescate a las víctimas o dinero a sus conocidos.

Phishing

El phishing consiste en el robo de datos personales o claves de acceso. “Es cada vez más sofisticado”, advierte Diego Migliorisi, abogado especialista en delitos informáticos y vicepresidente de la Asociación Argentina de Lucha Contra el Cibercrimen (AALCC). “Ahora vemos que estas bandas trabajan en células”, señala.Esa base de datos después se vende a otro grupo que se dedica al “phishing frío” o “silencioso”, en el que logran obtener usuarios y claves de cuentas de las víctimas. Pero no terminan de consumar el delito. Esos datos vuelven a ofrecerse a una tercera célula que se dedica a cometer la estafa o el fraude.

Y la novedad es que este último eslabón de la cadena tiene acento argentino. “Hoy tenemos bandas locales que operan. Utilizan cuentas bancarias locales y por eso los agarraron”, dice Migliorisi. Y lo explica con un detalle sobre el mecanismo entre las células: “Hay bandas internacionales que se dedican a conseguir información pero no quieren o no les interesa hacer la estafa. Y si operan desde allá pueden activar una alerta. Por ahí están en Asia o Europa y no les sirve vaciar una cuenta en pesos”, afirma. Entonces, el negocio es vender los datos a conexiones locales. Algunas bandas fueron desbaratadas por dejar rastros al retirar el dinero, cuenta el abogado.

Las viejas y conocidas estafas

La estafa propiamente dicha ocurre cuando alguien compra, por ejemplo, un producto de un valor alto en la web y nunca lo recibe. Ejemplos típicos: compró un celular y cuando abrió la caja encontró un puré de tomates o, una notebook y recibió un licor y tantos otros.

“Los lugares más conocidos de compra online son seguros. El problema es cuando te mandan un enlace con un producto muy atractivo a un precio bajo o las ofertas en redes sociales. La gente se entusiasma y hace la transferencia sin pensar porque es una oportunidad”, dice Migliorisi. “Falta mucho trabajo en la capacitación en nuevas tecnologías. Los estafadores están muy bien preparados y con perfiles de buena reputación. No son casos de alguien que le compró a un vendedor sin historial”, cuenta.