El ascenso del ultraconservador José Antonio Kast, la contrarrevolución de Chile

La extrema derecha en Chile nunca había estado tan cerca de llegar a La Moneda, no desde la vuelta a la democracia (1990).

El candidato José Antonio Kast, del Partido Republicano, se perfila como uno de los favoritos para ganar en la primera vuelta de las elecciones presidenciales que se celebrarán este domingo 21 de noviembre. Su principal adversario es el diputado Gabriel Boric, del partido izquierdista Frente Amplio.

Las últimas encuestas son esclarecedoras aunque no definitivas: Kast se ubica por encima del 32 % en la intención de voto y se sitúa, en algunos sondeos, como la primera opción frente a la candidatura de Boric (31 %).

El ascenso ha sido meteórico. Kast, un ultracoservador que defiende el régimen de Augusto Pinochet, ha logrado duplicar sus apoyos bajo la promesa de un Gobierno que combatirá con mano dura la inseguridad, la migración y la inestabilidad social.

En una entrevista a Euronews, Paulina Astroza, doctora en Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad de Concepción, explica que el discurso reaccionario pero sobrio de Kast ha calado en un sector de la derecha en la que hay un creciente sentimiento de «incertidumbre y desorden».

«Ha habido una serie de situaciones en Chile que ha impulsado a cierto sector de la sociedad a exigir mayor orden y mayor control de la violencia. Siente que las otras alternativas, incluyendo el candidato del oficialismo, no darán soluciones a los problemas».

Para Astroza, la súbita popularidad de Kast se debe al declive del candidato oficialista Sebastián Sichel, del partido de Chile Podemos Más. Un exministro que cometió varios «errores no forzados» durante los debates presidenciales y que tiene una posición de centro que no acaba de llamar al votante más conservador.

«Aparece José Antonio Kast con el discurso tradicional, similar al de la derecha populista radical en Europa y Estados Unidos. Haciendo énfasis en la migración, precisamente en un momento en el que país experimenta una presión migratoria importante desde hace tiempo, particularmente de venezolanos y haitianos (…). «Esto, sumado al bajo índice de aprobación de Piñera, ha permitido al candidato ultraderechista absorber los apoyos de Sichel», apunta la catedrática chilena.

El firme avance del aspirante del Partido Republicano contrasta con un país que eligió en 2020 cambiar su actual Constitución, heredada de la dictadura conservadora de Augusto Pinochet (1973-1990), y que encomendó la tarea de escribir una nueva a una asamblea de tendencia progresista, diversa, paritaria y con participación indígena.