Esta semana partieron dos buses rumbo a Santiago con familias que tras permanecer días o semanas en Iquique en condiciones no ideales, “sobreviviendo” en plazas o el borde costero, fueron catastradas por funcionarios de la delegación y partieron al reencuentro familiar, cumpliendo previamente con todo el tema sanitario y chequeando además la existencia de ese vínculo familiar.
Los primeros tres traslados se realizaron gracias a la Empresa Pullman Bus que asumió esa función humanitaria sin costo alguno para los migrantes y ahora se cuenta con el aporte de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días que asumió el costo de 10 buses.