Bolivia y Perú reactivan un diálogo político agitado por la alianza Evo-Castillo

En los últimos seis años el temario bilateral estuvo marcado por el acuerdo de Ilo, que no fue ratificado por el Congreso del Perú, y por la creciente actividad del narcotráfico. En esta ocasión el expresidente de Bolivia plantea una alianza cocalera

Bolivia y Perú repusieron el tratamiento de su agenda conjunta a través del gabinete binacional, un mecanismo de diálogo político y técnico que se instauró en 2015.

A diferencia de los encuentros anteriores, en esta ocasión ambos gobiernos expresaron una mayor sintonía, aunque en medio de tensiones internas. En Lima, por ejemplo, varios sectores rechazan las propuestas del expresidente Evo Morales, el líder del MAS que llevó al vecino país “su experiencia” sobre la legalización de plantaciones de coca, la Asamblea Constituyente y la nacionalización de los recursos naturales, como el gas natural. En Bolivia preocupa el incremento del narcotráfico que tiene su epicentro en el valle peruano del Vraem.

Castillo, un profesor del área rural y cercano ideológicamente al Movimiento Al Socialismo (MAS), sorteó varios escollos desde que llegó al poder en julio, tras vencer en una reñida segunda vuelta a Keiko Fujimori por apenas 40.000 votos, lo que representa menos del 1% del padrón electoral peruano que llega a 11,7 millones de ciudadanos habilitados.

“Estamos en un Perú bastante polarizado, con muchas controversias”, señaló a EL DEBER la periodista peruana Stefanie Medina, de América TV, quien realizó el seguimiento informativo a las recurrentes visitas de Morales a Perú, además de la agenda con Bolivia, en esta nueva etapa de relaciones políticas y diplomáticas.

En la agenda binacional destaca el aspecto medioambiental, con énfasis en la recuperación del lago Titicaca, el espejo de agua compartido que está por encima de los 3.000 metros sobre el nivel del mar y que está siendo afectado por la contaminación minera, además del contrabando y el narcotráfico.

El canciller Rogelio Mayta anticipó que la agenda entre Bolivia y Perú se iba a desarrollar en el marco de la “sinceridad y transparencia” y sobre la base de una agenda de cooperación e integración con dimensión social” que ambas naciones prevén poner en marcha en el curso de los próximos meses.