Por qué la CGT pasó de sentirse la Cenicienta con el Gobierno a ser como el Rey León

Las PASO hicieron que la indiferencia oficial se convirtiera en un trato privilegiado hacia el sindicalismo. El rol clave de Juan Manzur. El gesto de un ministro camporista

Alberto Fernández y Héctor Daer, cotitular de la CGT, tras la reunión en la Casa Rosada

En pocas semanas, la Confederación General del Trabajo (CGT) pasó de sentirse la Cenicienta a considerarse el Rey León en su relación con el Gobierno. El milagro se produjo gracias a la derrota del oficialismo en las PASO, que cambió la indiferencia con la que se vinculaba con la central obrera por un repentino trato privilegiado.

La desesperación del Frente de Todos por revertir el traspié electoral es uno de los principales motivos por los cuales la Casa Rosada llenó de gestos de apoyo al sindicalismo, al que apelarán ahora para que convenza a sus afiliados de votar por sus candidatos. ¿Significa que antes no lo habían hecho? Algunos dirigentes gremiales admiten que no hicieron demasiados esfuerzos para contribuir al triunfo oficialista.

Llamativamente, Hugo Moyano admitió que no votó en las PASO. “Voy a confesar que yo voto en Mar del Plata y no fui a votar, no pude ir. Pero el 14 voy a ir a votar porque es necesario. Y así como me pasó a mí, hubo mucha gente”, dijo hace pocos días.

El líder camionero es uno de los que quedó excluido de las listas de candidatos, así como los dirigentes que conducen la CGT. Los pocos sindicalistas que figuran en las nóminas están alineados fielmente con Cristina Kirchner, como el bancario Sergio Palazzo, la judicial Vanesa Siley, el curtidor Walter Correa o Hugo Yasky, de la CTA oficialista.

Ahora, el Gobierno necesita encolumnar a todos los sectores sindicales detrás del objetivo de ganar las elecciones generales y por eso estrenó fuertes señales de apoyo que hasta este momento retaceaba. Así lo hizo Alberto Fernández durante el almuerzo con la CGT que se realizó el 1° de octubre, gesto que repitió ayer cuando recibió a la central obrera y a las dos CTA para presentarles el proyecto de Ley de Comités Mixtos de Seguridad, Salud, Medio Ambiente y Prevención de Riesgo en el Trabajo que impulsa el Poder Ejecutivo y que le dará más poder al sindicalismo en las empresas.

En el medio, seis ministros participaron el martes en la UOCRA de la firma de un programa que brindará capacitación para convertir planes sociales en empleo formal, en un acto que se convirtió en una potente y sugestiva muestra de respaldo a Gerardo Martínez, jefe de ese sindicato y secretario de Relaciones Internacionales de la CGT.

Martínez fue uno de los dirigentes cegetistas que estuvo ayer en la Casa Rosada con el Presidente por el proyecto de Comités Mixtos laborales y que luego, junto con Andrés Rodríguez, de UPCN, se reunió con el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro.

Allí hubo espíritu de reconciliación: el funcionario de La Cámpora se había sentido incómodo, 24 horas antes, cuando estuvo en el acto de la UOCRA y escuchó cómo el titular del sindicato se quejó de la inflación, defendió el rol de los empresarios y pidió estabilidad económica. Apenas terminó el evento, De Pedro le dijo que no estaba de acuerdo con algunas de sus definiciones y por eso ayer lo buscó para hablar del tema.