Mala noticia para el Gobierno

La renuncia de Highton de Nolasco consolida la autonomía de la Corte

Era la jueza más cercana a Alberto. Se fortalece triunvirato que maneja el tribunal. El kirchnerismo está lejos de los dos tercios para elegir el reemplazante.

El Gobierno se vio perjudicado por la renuncia de Elena Highton de Nolasco a la Corte Suprema, que consolida su autonomía sin una alternativa favorable a la Rosada en el corto plazo.

Highton renunció principalmente por razones de salud. Si bien el manejo administrativo y operativo recaía en manos de su hija Elenita, al momento de votar era necesaria la presencia de la propia jueza: el nuevo presidente del tribunal, Horacio Rosatti, había pedido que de los debates participaran sólo los jueces, sin secretarios. Como Highton seguía las acordadas por Zoom, se daba la extraña situación de que cada juez estaba en su despacho conectado virtualmente, a metros de los otros tres miembros varones.

Además del tema de salud, la jueza había planteado un rechazo muy fuerte a la elección de Rosatti y Carlos Rosenkrantz como presidente y vice de la Corte, respectivamente, en la acordada realizada el pasado 23 de septiembre.

Oficialista histórica, Highton era la jueza más cercana a Alberto Fernández, que era el jefe de gabinete cuando ella entró a la Corte en 2004. El año pasado fue la única integrante del máximo tribunal del acto de presentación de la fallida reforma judicial. Además tenía un estrecho vínculo con Marcela Losardo, la ex ministra de Justicia de Alberto y su socia judicial.

No hay otro miembro de la Corte con esas características. Rosatti, Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda lograron conformar una mayoría autónoma que no se verá afectada con la salida de la jueza sino todo lo contrario. Ricardo Lorenzetti quedará aislado y ya sin su aliada circunstancial. Pero eso no quiere decir que reportará al Gobierno: fuentes de la justicia creen que por su habitual pragmatismo, el ex presidente del tribunal se terminará plegando al resto.

La peor noticia para el Gobierno es lo lejana que parece una alternativa para esta situación. En el kirchnerismo especulaban con la conveniencia de la renuncia para poder ubicar a alguien más cercano en la Corte.

Pero el panorama asoma inverso: necesitan los dos tercios del Senado para nombrar a un nuevo miembro de la Corte y no los tienen. Después de las elecciones de noviembre, el escenario sería aún más complejo si se repiten los resultados de las primarias.

De hecho, el pliego del juez Daniel Rafecas para la Procuración General, que también necesita los dos tercios, sigue sin tratarse luego de casi dos años de mandato de Alberto.

La foto de Rafecas y el ministro de Justicia, Martín Soria, justo en el día de la renuncia de Highton motivó especulaciones sobre un posible desembarco del juez en el Máximo Tribunal. Rápidamente, en la Rosada dejaron trascender que buscarán a una candidata mujer para reemplazar a Highton, si bien no están obligados por ley a cumplir con un cupo femenino. Es que Rafecas es un híbrido: no se sabe cómo puede actuar si llega a la Corte.

Otra de las especulaciones que circulaban en torno a la renuncia es la posibilidad de que el Gobierno abra una negociación con Cambiemos para ampliar la Corte. Pero si el Tribunal, por caso, se ampliara en dos miembros, uno iría para la oposición y el Gobierno seguiría sin mayoría en la Corte.

También en el kirchnerismo dejaron trascender que Maqueda renunciaría por una cuestión de edad. Pero el cordobés, que en diciembre cumple 72 años, dijo que se queda hasta terminar el mandato. Cumplirá 75 un año después del fin del mandato de Alberto.

Por eso fuentes de la justicia aseguraron a un diario porteño que se avecina un período caracterizado por una Corte autónoma. La administración recae sobre el presidente, el vice y el juez decano, que justamente son Rosatti, Rosenkrantz y Maqueda, respectivamente. En cuanto a los fallos, no ven difícil que los votos sean consensuados caso por caso.