“No hay una Argentina central y otra periférica”, dijo el presidente

Desplante del Presidente a la UIA en el Día de la Industria

El Presidente, Alberto Fernández, explicó por qué hizo un acto paralelo por el Día de la Industria en la provincia de Chaco, junto a Jorge Capitanich, en lugar de participar en el tradicional festejo de la UIA en Buenos Aires.

En el Día de la Industria, el presidente Alberto Fernández explicó por qué eligió celebrar junto al gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, en un polo industrial de esa provincia, en lugar de participar en el tradicional festejo de la UIA. Y dejó un mensaje: «No hay una Argentina central y una periférica».

La Unión Industrial Argentina había celebrado sin altos funcionarios en un acto en el que también estuvo la CGT. «Cuando se aproximaba el día de la industria nos preguntábamos dónde conmemorarlo y allá, en Buenos Aires, se hizo la celebración central de la Unión Industrial, y mis saludos a todos los industriales de la Argentina», se acordó Fernández, pero fundamentó su desplante y faltazo.

«Me parecía muy importante y relevante que celebremos este día en el interior de la patria», siguió. «Porque para el desarrollo de la Argentina, económico y social, la radicación de la industria en cada lugar distinto de la patria es un objetivo central. Si no, todo se vuelve un discurso y no se hace realidad», aseguró el mandatario.

Y argumentó, en medio de las tensiones, que «como hijo de riojano», supo «de los padecimientos del Norte Argentino». «Siempre esa Argentina que tiene un centro desarrollado y dos Argentinas periféricas que no logran desarrollarse del mismo modo». Y agregó, sobre el panorama planteado: «Se convirtió en mí una obsesión».

«Estoy muy feliz de venir al Chaco a celebrar aquí, en el norte grande, el Día de la Industria y es muy atractivo ver para los que por ahí están lejos y están por ahí en el centro económico de la Argentina, que vean todo esto, todo lo que es capaz de producir, el Chaco», apuntó Fernández. Palabras con tono a desaire que tuvieron eco en el empresariado.

Lo cierto es que tal vez imaginando un ambiente crítico, el Gobierno intentó vaciar el acto de la entidad empresaria, ahora más crítica, presidida por Daniel Funes de Rioja con actos paralelos y ausencias que contrastaron la actitud oficial en tiempos de Miguel Acevedo, que congregaba a casi todo el gabinete y al propio Presidente.

Al acto de este mediodía en José C. Paz, Fernández mandó a funcionarios de menor rango: Ariel Shale, secretario del área y a la secretaria de comercio interior, Paula Español.

La UIA como respuesta tuvo concurrencia de empresarios de la talla de Paolo Rocca y hasta la cúpula de la CGT encabezada por Gerardo Martínez y Antonio Caló.

El desplante del Presidente a la cúpula de la cámara industrial ya había escalado con palabras de Axel Kicillof que azuzaron la tensión. «No son empresarios ni nacionales». dijo sin reveses el gobernador bonaerense, que también pegó el faltazo: optó por visitar una fábrica en General Rodríguez.

Luego insistió en que «no hay una Argentina central y una periférica». «Debería haber una Argentina que se desarrolle y que tenga las posibilidades en cada región, por más lejano que sea, que tenga las misma posibilidades de desarrollo. Y la industria es central para el desarrollo», estipuló.

Fernández dijo soñar con «la Argentina que produce, donde hay empresarios que arriesgan». «Desde el día que abrazamos la política soñamos vivir en un país donde haya emprendedores. Son personas que arriesgan su capital y montan una empresa», continuó con la idea.

«En esa empresa van todos sus sueños, necesitan asociarse al que trabaja y entonces emplean gente, y allí empieza un ciclo virtuoso», explicó. También definió que «alguien que arriesga su capital tiene que tener la ayuda del Estado».

«Esa Argentina es la que uno prefiere sobre la de la especulación financiera, donde a veces es más negocio apostar a unos bonos», chicaneó, de campaña al fin, a Mauricio Macri y su gobierno que calificó como un «modelo de país» en que «muy poquitos ganan y millones pierden».

«Con la industria en funcionamiento ganan todos. Eso nos diferencia de otros que en estos días están compitiendo con nosotros en tiempos de elecciones», insistió.

 

La diseñadora y el ministro de Macri

Fernández, en tono particularmente apacible, utilizó anécdotas de empresarios que no nombró pero con los que dijo haber conversado, para apuntar al escenario industrial que heredó de Mauricio Macri.

En ese sentido contó una charla singular. «Me apena mucho escuchar a una empresaria que diseña moda y tiene una marca muy prestigiosa en la Argentina fue a plantear que le costaba mucho producir en la Argentina porque la competencia importada no le permitía producir», comenzó con su relato anecdótico.

Y continuó: «La recomendación que recibió del ministro de la Producción fue: ‘Andá a confeccionar a China, que le pongan el etiquetado tuyo y después importalo’. Y eso suponía dejar gente sin trabajo en la Argentina, sacar divisas y la verdad hacer una sociedad económicamente más débil».

La mención presidencial apuntó a Francisco Cabrera, exministro de Macri en el área. No hubo más datos de la emprendedora textil.

Reforzó su discurso con otra mención anecdótica, sobre otro empresario textil que lo llamó en la hoy de este jueves, al que definió, otra vez sin nombrar, como «muy importante, que la pasó muy mal en los años anteriores y tuvo que cerrar varias plantas». Ahora el mismo, justamente, iría a invertir en Chaco.

Entonces el Presidente con que ese interlocutor en 2017 «fue a ver al mismo ministro de Producción», diciéndole que iba a tener que «despedir a 800 personas» porque con la importación textil de China «no podía competir». Según Fernández, Cabrera le contestó al empresario no nombrado: «Despedilos que alguien los va a tomar».

Con esas dos indiscreciones, el Presidente intentó instalar su mensaje de campaña. «Esos son los modelos que están en discusión en día», arengó el Presidente.

Junto a Capitanich, Fernández recorrió en Chaco las instalaciones de una empresa familiar que produce estructuras metálicas y aberturas para la construcción. Llevó en su comitiva a los ministros de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; y de Trabajo, Claudio Moroni. La compañía -y la ausencia por comparación- también fue otro mensaje.