Pese a contar con el apoyo del primer mandatario, el titular de la cartera de Medio Ambiente, Ricardo Salles, no soportó la presión y los constantes rumores sobre su posible dimisión
El Ministro de Medio Ambiente de Brasil, Ricardo Salles, dimitió este miércoles en medio de una investigación en su contra por presunta implicación en un esquema de exportación ilegal de madera a Estados Unidos y Europa.
“Presenté mi dimisión (al presidente Jair Bolsonaro), que fue aceptada”, anunció en Brasilia a la prensa. El ex funcionario fue uno de los ministros más cuestionados, sobre todo por el aumento de la deforestación en la Amazonía brasileña y el desmonte de los programas de protección ambiental.
Salles informó también que será sustituido por Joaquim Alvaro Pereira Leite, de la Secretario de la Amazonía y Servicios Ambientales del Ministerio de Medio Ambiente.
A finales de mayo la justicia ordenó la investigación del ex funcionario por su presunta implicación en un esquema de exportación ilegal de madera a Estados Unidos y Europa, algo que él siempre ha negado. Desde entonces ha permanecido bajo presión de la opinión pública y con rumores sobre su posible dimisión.
A pesar de las críticas, seguía contando con el respaldo público del presidente Bolsonaro, quien tras la apertura de la investigación dijo que era un “ministro excepcional”, pero que tenía obstáculos para desarrollar su labor por culpa de algunos sectores “interesados” de la Fiscalía y de los “chiítas ambientales”, como suele definir a las agencias estatales de control ambiental, como ICMbio e Ibama.
Indígenas, académicos y organizaciones ambientalistas nacionales e internacionales han acusado al gobierno de Bolsonaro, y en particular el ministro Salles, de haber favorecido el repunte de la deforestación en ese país. considera que durante la gestión se redujeron los recursos de los organismos de control y se alabó la apertura de la región amazónica a actividades agropecuarias y mineras.
Salles también era visto con malos ojos por sectores del agronegocio, por considerar que su política ambiental daña la imagen internacional del país como potencia agropexportadora.
