Cuál es la brecha de precios entre los supermercados y autoservicios

Según un informe reciente elaborado por la consultora Scentia, en las grandes cadenas son un 27,4% más baratos que en los comercios más pequeños.

Las diferencias de precios entre las grandes cadenas de supermercados y los autoservicios se vienen incrementando a lo largo de 2021. Según un informe reciente elaborado por la consultora Scentia, en base a una canasta de más de 1.000 productos empaquetados, durante el mes de abril, en promedio, los precios de esos productos fueron un 27,4% más baratos en los supermercados. Mientras que a comienzos de este año, la diferencia era de 17,6% a favor de las cadenas.

“La diferencia de precios entre supermercados y autoservicios históricamente era de un 5%. Pero se fue incrementando por varios motivos, lo que también provocó que en los últimos meses el desempeño de las grandes cadenas, en cuanto a ventas, sea mejor”, explicó Osvaldo Del Río, titular de la consultora Scentia.

Según el especialista en consumo, la diferencia de precio no se justifica solamente por los programas de precios del Gobierno, como Precios Máximos o Precios Cuidados, que solo estaban disponibles en las cadenas. “La mayoría de los productos relevados no están dentro de los programas oficiales. Por eso las diferencias tienen que ver también con las políticas de precios diferenciada de las empresas. Las cadenas, al negociar volúmenes más grandes, obtienen mejores condiciones de precios”, señaló. En la venta total de los supermercados, Precios Cuidados tiene un peso de entre 5,5% y 6%.

“Los autoservicios o almacenes se proveen de productos bajo dos modalidades. Por un lado, las empresas que distribuyen sus propios productos, en general las de bebidas o productos perecederos. Y el resto, a través de compras a mayoristas y distribuidores. Al haber un intermediario, el costo es mayor. Seguramente hay un grupo de productos que pueden tener un mejor precio en los autoservicios, pero no en el promedio general”, precisó.

Las diferencias entre los distintos canales de compra también se vieron impactadas por los cambios de hábitos en los consumidores como consecuencia de la pandemia. “Las compras cambiaron. Disminuyó la frecuencia de visitas de compra. Hoy el consumidor cuando sale hace una compra más grande, ya sea por en canal físico o de manera online”, detalló Del Río.

Esta semana, el Gobierno lanzó Super Cerca, una canasta con 70 productos a precios congelados hasta fin de año, que se encontrarán en los comercios de proximidad (almacenes y autoservicios de barrio). La canasta está conformada por 30 productos de almacén, 10 lácteos, dos variedades de panificados, cinco bebidas sin alcohol, seis productos para el cuidado de la ropa, cinco artículos de limpieza, cuatro tipos de pañales infantiles y ocho productos varios de perfumería y cuidado personal.

Los productos tendrán un rotulado impreso en el envase que identifica el logo del programa y señala el precio de venta sugerido. Las empresas que participan del programa se comprometieron a garantizar que todos los productos lleguen a los comercios de proximidad.

“La canasta de Precios Cuidados, con 650 productos, era aproximadamente 10 veces más grande que Super Cerca. Esta canasta va a colaborar con el bolsillo porque son productos con un precio fijo. El tema es como se resuelve la distribución y que no se produzcan faltantes de estos productos”, señaló Del Río. Según los datos de la consultora, en todo el país hay un 18.000 autoservicios y 80.000 almacenes. En tanto, las cadenas cuentan con unas 3.000 sucursales.

Desde Scentia estiman difícil que 2021 cierre con números positivos para el consumo. “Si se observan las líneas de evolución de consumo, confianza del consumidor, inflación y salarios, se ve que cuando el crecimiento de inflación y de salarios están cerca, el consumo rebota y reacciona. Pero cuando se separan, porque el ingreso pierde contra la inflación, es complicado que el consumo repunte. Tiene que ocurrir muchas cosas positivas para que eso pase”, remarcó Del Río. En el acumulado del año, entre enero y abril, el consumo cae un 9,6 por ciento.