Crisis económica

Turismo, entre los perdedores a rescatar en la postpandemia

Según datos del Mintur, el turismo interno se desplomó el 57,9% respecto al año anterior y los viajes al exterior 66%. Córdoba registró más de siete millones de turistas en las tres temporadas anteriores y en la última (aún no cerrada), 5,7 millones.

En turismo se hablaba de viajes, vacaciones, vuelos, tarifas, destinos soñados, alojamientos y toda la oferta internacional, nacional y local. Era para algunos, una guía para viajar, y para otros, hacer imaginariamente esos viajes o programarlos para unas futuras vacaciones.

Pese a algunos inconvenientes que se asomaban en el horizonte de la economía argentina, el turismo es una fuente de recursos genuinos que seguía generando resultados positivos para los actores del sector. Pero situaciones ajenas a la propia evolución del negocio, comenzaron a aparecer y despertar las alarmas.

Es indudable que se trata de una industria ‘dolardependiente’ y fue justamente la variable que vino a alterar la situación: cepo, impuestos distorsivos, recargas tributarias, resoluciones de Afip, comenzaron a escribirse y sonar en el ambiente del negocio del ocio y de los viajes corporativos.

En 2018 y 2019 la situación económica de la población registró un deterioro notable; la política aportó su cuota de imprevisibilidad; las inestables variables financieras, y el valor del billete norteamericano, frenaron la economía. No obstante el turismo, si bien registró alguna retracción, seguía siendo un motor generador de actividad.

En enero 2020, en las calles de Madrid se pudo ver ya a algunos turistas –en su mayoría orientales– circular con tapabocas y en la semana del 18 al 25 de ese mes, saltó el alerta: había llegado el coronavirus o Covid-19. Así ocurrió en todo el hemisferio norte y, a bordo de la aviación comercial, uno de los grandes avances de la humanidad en materia de comunicación global, poco tardó el virus en desembarcar en Sudamérica y en el sur del mundo.

En marzo de ese año, Argentina entró en el concierto de naciones que impusieron aislamientos sociales estrictos y obligatorios para evitar la rápida propagación de la ya declarada ‘pandemia’, por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Si algo puede dañar al turismo es la imposibilidad del tránsito de personas, ya sea entre localidades de un mismo territorio hasta capitales del mundo. Es una actividad básicamente social, colectiva y masiva. Su esencia depende de la movilidad, del intercambio y del verbo más lejano en las actuales condiciones: viajar.

Por lo tanto, no es desacertado decir que el turismo es uno de los grandes perdedores por la pandemia.

Cómo impactó en Córdoba.

Esta provincia es eminentemente turística, por sus bellezas naturales, infraestructura de servicios y políticas de Estado, está en el top five de los destinos nacionales y en las preferencias de miles de turistas extranjeros, gran parte de ellos de Latinoamérica y muchos del hemisferio norte, particularmente Europa.

El año pasado, desde abril en adelante, no refleja en las estadísticas más que esa caída. Pero veamos cómo se mide para tener una imagen más acertada.  Las temporadas comprenden desde diciembre de un año hasta el último día de noviembre del siguiente.

Así, en la correspondiente a 2016/2017, Córdoba recibió más de 7,1 millones de turistas; en la de 2017/2018, más de 7,4 millones; en 2018/2019, más de 7,3 millones, y en 2019/2020, más de 5,7 millones de turistas.

La temporada 2020/2021 no está cerrada, pero los últimos datos del área de estadísticas de la Agencia Córdoba Turismo, relevados entre diciembre 2020 y enero y febrero 2021, marcan una temporada estival atípica, que incluyó aperturas progresivas y un gran fin de semana largo de carnaval.

Pese a todo, durante los meses de verano se movilizaron algo 4,2 millones de viajeros que se distribuyeron en los distintos destinos provinciales con un promedio de pernoctaciones de 4,63 noches y un gasto promedio por persona de $4.167, en servicios de alojamiento, transporte, recreación, gastronomía y extras. Esto generó un movimiento económico de casi $9.000 millones.

Qué pasará con los viajes.

El último Estudio de Consumo y Turismo en Argentina, de Singerman & Makón, marca que en 2020 el turismo interno se desplomó el 57,9% respecto al año anterior y los viajes al exterior de turistas nacionales por todas las vías, registraron una caída por tercer año consecutivo, esta vez del 66%, según datos del Ministerio de Turismo.

Y entre los factores que más afectan las decisiones de consumo (incluido el turismo), resaltan la pérdida de poder adquisitivo (42,6%) y la inflación (34,5%), mientras que el 8,1% de los casos menciona la falta de trabajo y factores como el miedo a una crisis económica y la falta de planes de financiamiento, entre otros, conforman el 14,9% restante.

A pesar de los obstáculos que la pandemia plantea para los viajes y el turismo, el rubro aún se posiciona en la 4ª posición en términos de las prioridades de consumo por parte de los argentinos, detrás de ‘restaurantes y gastronomía’, ‘automóviles y transporte’ y ‘cultura y entretenimiento’.

Por otra parte, uno de los ítems relevados se refiere al impacto de la pandemia en los deseos de viajar: más de la mitad (52%) de los encuestados afirmaron que sus deseos de viajar han aumentado; un 23% manifestaron una disminución, y el 25% de los encuestados posee los mismos deseos de viajar.

Entre todos ellos, el 77% elegiría viajar a un destino dentro de Argentina, mientras que el 23% preferiría realizar un viaje al exterior.