“El hecho de modificar mínimamente una propiedad y/o el contenido neto de algunos de sus productos, para luego poder incrementar sustancialmente sus precios, puede representar un incumplimiento de la Ley de Defensa del Consumidor (Nº 24.240)”, sostuvo esa cartera en un comunicado.
Según la dependencia que maneja Paula Español, no se estaría informando de manera cierta, clara y detallada las diferencias existentes entre bienes de igual categoría, marca y sabor. Por otro lado, siempre según Comercio Interior, estas prácticas pueden confundir al consumidor sobre la naturaleza del producto y sus principales características, motivando al error, y promoviendo la adquisición de un bien no deseado.
Con respecto al comportamiento de Mondelēz, la subsecretaría de Acciones para la Defensa de las y los Consumidores que depende de la Secretaría habría observado que la empresa ofrece las galletitas Pepitos en dos presentaciones bajo el nombre “Pepitos Original”, utilizando idéntico envoltorio en cuanto a color, diseño y frases. Sin embargo, existiría la diferencia de 1 gramo en el peso neto (118 gramos y 119 gramos) y un incremento de más del 50% en el precio final.
Fuentes de la compañía dijeron que tras la notificación están trabajando en el descargo correspondiente para aclarar la situación, que presentarán en el corto plazo. “Todos nuestros productos, incluyendo los nuevos lanzamientos, cuentan con la aprobación de la autoridad alimentaria correspondiente y cumplen con la normativa vigente. Mantenemos un diálogo abierto con la Secretaría de Comercio y compartimos nuestra información de manera permanente con ellos. También participamos activamente en las mesas de diálogo de la industria de la alimentación, donde hemos expresado la situación de nuestros costos, que están por encima de nuestros precios, que se encuentran congelados desde el 6 de marzo de 2020 en el marco de Precios Máximos”, señalaron.
En el caso de Bagley, en tanto, sucedería algo similar a las galletitas Pepitos, pero con las Sonrisas. Según la Subsecretaría, la marca presenta dos versiones prácticamente idénticas con una diferencia de 10 gramos en su contenido neto, y un precio de venta 30% más alto.
Por último, se reportó una actitud equivalente en la empresa PepsiCo, ya que en las góndolas de los comercios convivirían dos versiones de palitos salados (Pehuamar) con una diferencia de 6 gramos en su peso neto y de aproximadamente el 15% de suba en el precio final.
Desde PepsiCo confirmaron que recibieron la notificación. “Estaremos dando seguimiento a través de las vías procesales que correspondan, reiterando siempre nuestro estricto cumplimiento de todas las normas y leyes vigentes”, informaron fuentes de la empresa.
Si bien la investigación todavía se encuentra en instancia de imputación, en el caso de que efectivamente se acrediten las conductas advertidas, las multas para cada una de las empresas pueden ascender a un máximo de $550.000.000 (Decreto Nº 274/19).
La Secretaría de Comercio Interior creó recientemente el Sistema de Fiscalización de Rótulos y Etiquetas (Sifire), que busca evitar que existan múltiples presentaciones de un mismo producto con mínimas diferencias a otros ya comercializados, en rubros y categorías de consumo masivo como alimentos, perfumería, cuidado personal, aseo y limpieza del hogar.
