Vacunas: la Iglesia pidió que no haya «atajos ni privilegios»

La Iglesia cerró filas en contra de "la politización, los atajos y privilegios" de las vacunas para combatir el Covid-19, tras el escándalo por las aplicaciones VIP que promovió el Gobierno y sacudieron el terreno político.

En un mensaje con fuertes cuestionamientos a la dirigencia política, el arzobispo de Mercedes-Luján, Jorge Eduardo Scheinig, advirtió sobre «el mal ejercicio del poder» y llamó a una mayor responsabilidad y participación social en la vida pública. Pidió que no haya «atajos ni privilegios» y recordó que «las vacunas no deberían ser de un grupo».

Se sumó, así, al presidente del Episcopado, Oscar Ojea, quien el domingo afirmó con contundencia que la vacuna contra el Covid-19 «es para el bien de todos» y «no puede ser politizada».

«Las vacunas deberían ser un patrimonio de la humanidad. No deberían ser de un grupo», dijo el arzobispo Scheinig, en referencia al manejo irregular de la vacuna, como quedó al descubierto con la crisis que provocó la renuncia de Ginés González García en el Ministerio de Salud y las denuncias de favoritismos en provincias y municipios.

En sus expresiones de rechazo y perplejidad, la Iglesia evita hacer hincapié en dos figuras protagonistas del escándalo, que no han tenido históricamente buena relación con los obispos ni con el papa Francisco, como el exministro González García, promotor de la legalización del aborto, y el periodista Horacio Verbitsky.

Al señalar su «perplejidad», Ojea había deplorado en su mensaje la tentación de la autodestrucción y de boicotear el bien común», así como la tendencia a «la ruptura y la división», una característica consolidada en los últimos años en la Argentina.

«Es un bien de todos y necesitamos administrarlo bien, con máxima responsabilidad, con máximo cuidado, sobre todo cuando se convierte en un bien escaso, como es el caso de nuestro país. Tenemos pocas vacunas y en tiempos que uno creería que son lentos», dijo monseñor Scheinig, quien a fines de diciembre del año pasado acompañó a Ojea en una misa por la vida en la Basílica de Luján, en la que la Iglesia pidió al Gobierno «no instalar lo que nos divide».

Un bien escaso

«Administrar un bien escaso es un desafío enorme, que requiere de nuestra dirigencia política y nuestros líderes sociales una conducta moral enorme», dijo Scheinig, en un mensaje grabado dirigido a los fieles de su arquidiócesis.

El arzobispo se refirió a la crisis de la representatividad política: «No alcanza con votar cada dos años. Debemos tener la capacidad de involucrarnos más en la cosa pública, ejercer nuestros derechos, el derecho a saber, el derecho a la información. Tenemos derecho a conocer cómo se tomas las decisiones y cuáles son los criterios de esas decisiones, derecho al seguimiento de esas decisiones».

Integrante de la Comisión de Pastoral Social en el Episcopado, Scheinig reclamó «no buscar atajos, ni privilegios». Y señaló la necesidad de que el país encuentre «vocaciones genuinas por el trabajo político y el trabajo social». Y, ante el escándalo del Ministerio de Salud, agregó: «Hoy son las vacunas lo que constituye un bien escaso, mañana puede ser el agua. Debemos aprender a cuidar los bienes escasos».

El arzobispo de Mercedes-Luján animó en su mensaje a un doble desafío: cuidar la comunidad, y tener una mayor participación ciudadana y social.

«Muchos de ustedes están tentados de bajar los brazos, o se dejan llenar por el pesimismo, la desilusión y el enojo. Tenemos que sostenernos unos a otros», concluyó.