Se desploman los bonos y crece la incertidumbre en el mercado

El riesgo país ya está arriba de los mil quinientos puntos

La tasa de riesgo argentino no deja de subir pese a que el BCRA compra reservas y el fisco obtuvo su primer resultado positivo en largos meses.

La tasa de riesgo país cruzó la barrera de los 1500 puntos básicos. Llegó a 1515 con otro avance del 0,4%, al profundizarse la debacle de los bonos argentinos que la guían y la tendencia al alza de las tasas de interés de largo plazo en Estados Unidos.

A eso se agrega una inesperada turbulencia en el mercado brasileño debido al «ruido» que provocó el cambio de presidente de Petrobras, al generar temor a un cambio en el rumbo de dirección de la compañía.

El sensible indicador sube 5% en lo que va de febrero y 10,4% en el año, con lo que alcanza un nuevo máximo desde la incorporación de los bonos del canje al EMBI+ de la Argentina, el pasado 9 de septiembre.

En parte lo hace empujado por la escalada que muestra la tasa de referencia a 10 años, que fija el «piso» de este indicador, dado que arrancó la jornada subiendo otro punto básico para ubicarse en 1,3704% (o 137 puntos), aunque se mantiene debajo del máximo de 1,394% en un año marcado al abrir la semana.

Claro que los 1396,6 puntos «extras» los aportan la muy floja valuación de los nuevos bonos argentinos, cuya tasa de rendimiento ya se encuentra entre el 18% y 20% en la parte corta de la curva de vencimientos, según la ley bajo la cual hayan sido emitidos.

«La parte de la curva ley local ya está muy cerca de 20% de rendimiento. A la apatía local y la suba de 10 puntos básicos que en menos de cinco ruedas anotó la tasa del Tesoro de Estados Unidos se suman ahora las turbulencias financiera en Brasil», alertó en su informe diario la consultora Delphos Investmet.

A la presión bajista que sufren los bonos en dólares bajo ley local, por la actividad que despliegan organismos oficiales para mantener bajo control los tipos de cambios financieros (dólares MEP y CCL), se agregó en los últimos días otra liquidación de títulos soberanos emitidos en Estados Unidos.

«Ayer tuvieron el peor desempeño, con bajas de 1,3% a lo largo de toda la curva, contra caída del 0,6% de sus pares locales. En este marco, el diferencial de rendimientos según legislación se redujo levemente hasta los 130 puntos, donde el mayor spread se sigue observando en los bonos 2029 (220 puntos básicos) y 2038 (200 puntos básicos)», detalló la consultora Portfolio Personal Inversiones (PPI).

Para Consultatio, no hay que pasar por alto que «todos los bonos emergentes de ‘alto rendimiento’ son menos sensibles a lo que pasa en la curva (norte) americana que los argentinos». De allí concluyen que «los riesgos idiosincráticos de la Argentina son mucho más importantes a esta altura para explicar el precio de los bonos» y su extendida debilidad.

La corrección a la baja se mantiene, aunque la agencia Reuters no dudó en catalogar hoy a los bonos argentinos como la mercancía financiera «más barata del mundo» y, a pesar de que el Ministerio de Economía, que conduce Martín Guzmán, informó anoche que había logrado cerrar el primer mes del año con superávit fiscal, aún cuando tiene proyectado un déficit del 4,5% en relación al PBI para el año.

En un comunicado, la cartera destacó que ese resultado significaba un «fortalecimiento de las finanzas públicas» posible por una «mejora en los ingresos de la mano de una progresiva recuperación económica, la reestructuración de la deuda pública en moneda extranjera y la normalización del mercado de deuda en moneda local». Sin embargo, nada de eso, ni aún la codicia, despierta el apetito por los bonos argentinos.

Las reservas siguen en la mira

En el mercado se menciona la incidencia que tuvo un informe de banco JP Morgan (quien desarrolló y comercializa los índices EMBI) que advertía que el país mantiene muy debilitada su posición de reservas, porque, si bien el Banco Central (BCRA) viene logrando comprar sostenidamente divisas en el mercado (gracias a las amplias restricciones impuestas a la demanda) desde hace dos meses, no logra que eso mejore en igual proporción su posición de reservas netas, que calcula en torno a los US$3000 millones.

Según JP Morgan, el Gobierno habría logrado crear un «puente» para llegar al trimestre abril-julio, cuando comienza la temporada alta de liquidaciones de la cosecha de soja y maíz. «Pero, en este puente todavía vemos una estructura inestable. En particular porque las reservas brutas se han recuperado ligeramente desde principios de diciembre, pero las netas siguen bajas». Eso implica un riesgo de cara al pago de US$2400 millones que sería necesario honrar con el Club de París a fin de mayo si no se logra antes un acuerdo con el FMI que permita generar condiciones para postergarlo, como busca el Gobierno.

«En lo que va de 2021 el BCRA logró un saldo comprador importante en el mercado cambiario, gracias al agro y al cepo cambiario. Además, mejora sus reservas por la suba que registran los encajes de los depósitos en dólares (US$600 millones) y se beneficia por la mejora del Yuan. Aún así las reservas internacionales no se mueven», destacó la consultora FMyA.

Su director, el economista y consultor Fernando Marull, explica que esto sucede porque el Tesoro «tomó parte de esas reservas para pagar deuda a organismos internacionales por casi US$700 millones (de los cuales US$300 millones fueron intereses al FMI), cayó el precio del oro (restó US$160 millones) y se esfumaron otros US$400 millones, lo que podría estar vinculado con pérdidas que realiza al operar con bonos en el mercado».