Chile vacunó casi 1,3 millones de personas en una semana

El anticipo en las negociaciones para adquirir las dosis sitúa al país sudamericano en tasas comparables a las de EE UU y la Unión Europea. La exclusión de los migrantes genera críticas al proceso.

“Este es un logro del Estado, no del Gobierno”, dijo el ministro de Salud chileno, Enrique Paris, al hacer un balance del proceso que ha permitido inmunizar entre el 3 y el 10 de febrero a 1.250.314 de personas contra la covid-19. El resultado fue considerado “impresionante” en su cuenta de Twitter por el investigador de la Universidad de Oxford, Max Roser, fundador del sitio Our World In Data, que sitúa a Chile como el país de Sudamérica con los mejores índices de inmunización por cada 100 personas (5,58), superado solo por Israel (67,8), Emiratos Árabes (45,7), Reino Unido (20,00) y Estados Unidos (13,4), con cifras del 9 de febrero.

La vacunación arrancó a finales de diciembre de 2020 con 50.000 dosis aplicadas a trabajadores de unidades de pacientes críticos. Pero recién el 3 de febrero empezó la etapa de inmunización masiva del personal de la salud, trabajadores esenciales, mayores de 65 años y personas con comorbilidades. Según el plan oficial, los ciudadanos pueden conocer con antelación dónde y cuándo recibirán la primera dosis. Las autoridades sanitarias entregan luego a los vacunados un comprobante que detalla la fecha en que la deberán recibir la segunda dosis.

De acuerdo al último balance del ministerio de Salud, que recoge datos hasta la mañana de este jueves, 1.394.363 personas habían sido inoculadas en Chile desde diciembre, con una cresta en la curva a partir del pasado miércoles.

El objetivo del plan es llegar a cinco millones de personas antes de marzo y abarcar a un 80% de la población durante el primer semestre de 2021. Una meta que fue destacada por el banco de inversiones neoyorquino JP Morgan, que vaticinó que Chile podría convertirse en el primer mercado emergente en lograr una inmunidad colectiva o de rebaño.

Para el ministro de Salud una de las claves del rápido avance del proceso se debe a que Chile cuenta con un Plan Nacional de Inmunización que data de 1978, el que califica como “muy robusto”. “En Chile nadie se vacuna si no se registra su nombre, su rut (documento nacional de identificación), la vacuna que se va a colocar. Por lo tanto tenemos un seguimiento de toda la población desde que nace, con su historial de vacunas. Esto permite llevar una estadística certera, reconocer a qué persona o grupo le puede estar faltando una dosis”, explica.

A esto, agrega el ministro, se suma el trabajo en conjunto con la atención primaria de salud, que depende de los ayuntamientos. El académico de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, Cristóbal Cuadrado, destaca que “el sistema de salud chileno tiene una larga tradición de salud pública, con experiencia en grandes campañas de vacunación y una atención primaria desplegada en todo el país, que ha permitido avanzar en una vacunación a una muy rápida velocidad”.

Otro factor clave, sostienen desde el Gobierno, fue el anticipo en las negociaciones para conseguir una vacuna lo antes posible. El primer paso fue encontrar ensayos clínicos que se pudieran hacer en Chile. En el caso de Sinovac resultó clave un acuerdo de colaboración suscrito por la Universidad Católica con el laboratorio chino, que además de estudios prevé un acceso preferente a las vacunas, con un horizonte de 60 millones de dosis para un plazo de tres años. “La vacuna de Sinovac podría llegar a jugar un rol preponderante para inmunizar a nuestra población y contribuir a la tan anhelada inmunidad de rebaño”, subraya el experto en inmunología de la Universidad Católica, Alexis Kalergis, que lideró el estudio de Sinovac en Chile. Se optó además por las vacunas de Pfizer y Oxford-AstraZeneca. Esta última debería ser la próxima en llegar al país, con cinco millones de dosis.

En el proceso que ha llevado Chile también ha habido incertidumbre. A mediados de enero el laboratorio Pfizer anunció una reducción temporal en el envío de dosis, que afectó a diversos países del mundo, entre ellos a Chile. En este contexto no era una opción que las vacunas chinas no llegaran a tiempo, lo que requirió gestiones de alto nivel entre el presidente Sebastián Piñera y su par chino Xi Jinping.

La exclusión de los inmigrantes irregulares

Hasta inicios de esta semana existía un consenso en torno al éxito del proceso, el que había sido destacado incluso por el Colegio Médico, uno de los organismos más críticos sobre el manejo de la pandemia por parte del Gobierno.

Todo cambió luego de que un reportaje de la televisión peruana promoviera realizar viajes a Chile y asegurara que “sobraban” vacunas contra la covid-19. En respuesta a esto, el ministerio de Salud chileno actualizó la regulación del proceso de inmunización y dejó por fuera “a aquellos que estén transitoriamente en el país” con una visa de turista.

Este miércoles, el canciller Andrés Allamand fue mucho más allá y señaló que “tampoco van a poder vacunarse los extranjeros que estén en el país en una situación irregular y que no hayan iniciado los trámites de solicitud de una visa temporal o definitiva”. El anuncio generó críticas por parte del Colegio Médico, cuya presidenta, Izkia Siches, manifestó que existen formas “más humanitarias” de limitar el denominado “turismo de vacunas” y que la exclusión de migrantes de mayor vulnerabilidad “atenta contra la salud de toda la población”.

“Es una mala política salubrista, no es ético y desde el punto de vista epidemiológico nos pone en riesgo a todos”, afirmó, por su parte, la Sociedad chilena de Epidemiología. La medida, además, contradice lo expresado por relatores de Naciones Unidas, que ha señalado que “las personas migrantes deben tener acceso a las vacunas en igualdad de condiciones que los nacionales”.

En medio de las críticas, La Moneda precisó que los migrantes que estén en forma irregular tendrán acceso a la vacunación en la medida que inicien un proceso para normalizar su situación. “Las personas que están en situación irregular y que han hecho su auto denuncia están incluidas y han estado incluidas desde siempre”, explicó la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza. En tanto, el ministro de Salud, Enrique Paris, ha dicho este jueves que nadie se quedará por fuera: “vacunaremos a los migrantes, cuando corresponda hacerlo en el calendario de vacunación, igual que todos los compatriotas”.