El papa Francisco reforzó el control sobre el dinero del Vaticano tras el escándalo de USD 244 millones

El pontífice firmó un decreto para hacer más transparentes los fondos destinados a la caridad y endurecer la supervisión a las finanzas de la Santa Sede. El negocio en Londres generó “pérdidas enormes”

El papa Francisco emitió un nuevo decreto para hacer más transparentes los fondos destinados a la caridad y endurecer los controles sobre las finanzas del Vaticano, luego de que se generara un escándalo por un acuerdo de propiedades de lujo en Londres.

El objetivo principal es la Secretaría de Estado, la parte más importante de la administración vaticana, que deberá renunciar a la gestión de sus fondos, inversiones e inmuebles y someterse a la supervisión de otras dos oficinas económicas.

El decreto, que fue publicado el lunes pasado y firmado por el papa el 26 de diciembre, entrará en vigor a partir del 1 de enero de 2021.

En 2014, la secretaría invirtió unos 244 millones de dólares como socio en un acuerdo para comprar un edificio de lujo en Londres. A medida que el trato se volvió cada vez más oneroso, pagó decenas de millones de tarifas a los intermediarios en un intento por cambiar los términos.

El cardenal George Pell, ex tesorero del Vaticano, dijo a la agencia de noticias Reuters a principios de este mes que hubo “pérdidas enormes”. En septiembre pasado, Francisco despidió al cardenal Angelo Becciu, un ex alto funcionario de la Secretaría.

Una investigación sobre el acuerdo de Londres llevó a la suspensión el año pasado de cinco empleados de la Santa Sede, cuatro de la Secretaría. El Vaticano también ha acusado a los intermediarios de extorsión.

Los bienes de la Secretaría de Estado son transferidos a un departamento denominado Administración del Patrimonio de la Santa Sede y serán supervisados por la Secretaría de Economía.

La Secretaría de Estado también pierde el control del llamado “Óbolo de San Pedro”, un fondo al que los fieles pueden contribuir y que está destinado a ayudar al papa a dirigir la Iglesia y financiar sus organizaciones benéficas.