Comenzó el debate por el impuesto a la riqueza y la oposición salió de frente a oponerse al proyecto que fue presentado por el miembro informante y autor del mismo, Carlos Heller. Inmediatamente después comenzaron las críticas de los legisladores de la oposición.
El primero fue Luciano Laspina, de Juntos por el Cambio, quien aseguró que se opondrán al proyecto “aunque perdamos votos”. “No defendemos a los ricos, defendemos a los argentinos que quieren apostar por el país y crear empleo. Hay otras alternativas. No todo es exprimir la naranja del sector privado, ahogando la inversión y el empleo”, aseguró.
“La emergencia no habilita a violentar la Constitución Nacional. Son la base del progreso social y material de nuestro país y deben ser respetados, y este impuesto violenta el artículo 17 de la no confiscatoriedad y el de razonabilidad en la tributación el 28. Opera como una doble imposición sobre el impuesto de Bienes Personales. Es confiscatorio porque se considera, tomando el fallo Candy, cuando el Estado se queda con una porción sustancial de la renta o de la propiedad”, señaló Laspina.
El diputado por Santa Fe señaló que “este es el impuesto 13 que crea este Gobierno y este sería el 166 y se aplica en el país más gravoso del planeta” y consideró que la tasa llega al 7,5% lo que “va a gatillar una avalancha de juicios».
“Con 45% de pobreza en la Argentina, destinamos el 25% de estos ingresos de emergencia a financiar a la cuestionada Enarsa, la de los buques. Eso no tiene nada de ver con la emergencia, no va a respiradores o camas”, afirmó.
“Se gravan activos que alientan el ahorro nacional, se gravan los depósitos, los bienes rurales y los activos empresariales, es un impuesto a la inversión en la Argentina”, agregó el legislador.
“Este impuesto no tiene un afán recaudatorio, tiene un afán ideológico. Y la prueba de esto es que los estamos discutiendo muchísimos meses después de que se haya iniciado la pandemia y con una movilización afuera del congreso y en el día de la militancia”.
“Se están tirando un tiro en el pie: ¿quién va a querer venir a invertir al país?”, se preguntó mientras reiteraba varias veces que “Argentina es el país más gravoso del mundo”.
Por su parte, su colega, Javier Campos, de la CC, dijo que es pésimo porque va a alejar las inversiones y lo catalogó de “salvajada tributaria”. El legislador que señaló que se el bloque del Coalición se va a oponer y que esta es “una ley es un cementerio de empresas pymes y del empleo. Lo hacen pensando en las próximas elecciones y creen que obtienen votos combatiendo al capital».
Mario Pastori, de la UCR de Misiones señalo que este es uno más de los tantos agravios a la Argentina de un gobierno que recurre a los eufemismo para vestir de épica todo lo que emprende y con este caso un sesgo anti empresas y anti inversiones. Este eufemismo del aporte solidario, dicho así suena simpático, romántico y susceptible de ser acompañado por los inadvertidos. Estamos en presencia en un nuevo impuesto, no es por única vez, cumple con todos los preceptos de un impuesto, No le busquen la vuelta».
“Estamos ante un actuar malicioso y tramposo que es inadmisible para un Estado que se precie de serio y confiable. Y este detalle no es ingenuo, al ser un impuesto le caben todas las garantías constitucionales a los contribuyentes para defenderse de la voracidad fiscal de los gobierno con tendencias autoritarias y además, necesita de una mayoría absoluta de los votos de cada Cámara por lo que si eso se da, sólo va a ser posible con el concurso de los aliados”, agregó el legislador radical.
“Es una mala decisión, es ineficiente y aleja las inversiones”, agregó el radical Facundo Suárez Lastra. «Festejen el día de la militancia, pero esta no es la excusa, la estamos pasando mal. “Es una ley horrible. Ustedes no son los abanderados de los pobres y nosotros delos ricos”.
“Ustedes saben que es una mala ley, que no van recaudar nada. Se va a judicializar todo y al final van a culpar a la Corte. Van a ganar sólo los abogados”, opinó el cordobés Luis Juez, del PRO de Córdoba.
